La Catedral de Amalfi domina el centro urbano la ciudad, que coincide con el de la antigua ciudad medieval. Hoy forma parte del escenario en el que algunos afortunados pasan las horas plácidamente, leyendo la prensa o charlando, en cualquiera de las terrazas que se extienden en la Plaza del Duomo, a los pies de los cincuenta y siete escalones que conducen a este templo lleno de historia, bajo los que se encuentra la cripta.

Amalfi es con Positano y Ravello uno de los sitios más demandados por el turismo en la conocida Costa Amalfitana, a la que le da nombre esta preciosa ciudad. Los habitantes de esta costa llaman a la carretera que los une el Sendiero degli Dei (Camino de los Dioses), el espectacular paisaje desde luego es digno de dioses. A setenta y cinco kilómetros de Nápoles, por carretera, y a una hora en barco de Capri, Amalfi, que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad, se cobija entre el Monte Cerreto y el infinito azul del mar Tirreno.

Su catedral es el reflejo de su encrucijada histórica entre Oriente y Occidente, entre Bizancio y Sicilia, entre sus épocas de esplendor y sus momentos de crisis.

Fundada en el 339 por los romanos y dominada durante siglos por los lombardos, que para sofocar sus luchas intestinas recurrieron a los sarracenos, Amalfi se liberó de la dominación lombarda a finales del siglo IX, cuando se convirtió en una de las cuatro Repúblicas Marítimas: Amalfi, Génova, Pisa y Venecia, que rivalizaron por el control del comercio en el Mediterráneo.

Para entonces la influencia de la arquitectura lombarda y los ecos del mundo árabe, ya habían calado en la ciudad.

Amalfi es un buen lugar donde pernoctar para recorrer la Costa Amalfitana. Tiene una oferta hotelera con precios para todos los bolsillos. Te dejamos aquí una muestra de ellos.

Historia de la Catedral de Amalfi

Y es a partir del siglo IX, con el comienzo del periodo de prosperidad más grande de Amalfi, cuando se proyecta un edificio catedralicio que reflejara la importancia de la ciudad. El templo, en realidad una suma de edificios, acabaría siendo un complejo monumental compuesto hoy día por el Claustro del Paraíso, la Basílica del Crucifijo, la Iglesia Catedral y la Cripta de San Andrés.

Sus etapas constructivas son un reflejo de la historia de Amalfi desde el sigo IX. Mansone I, duque de Amalfi y príncipe de Salerno, mandó construir en el año 981 una catedral aneja a una anterior, que había sido construida sobre otra antigua iglesia paleocristiana, datada en el siglo VI.

Uno de los elementos artísticos de la nueva catedral es su puerta de bronce construida en Constantinopla, donada por un rico comerciante que hizo fortuna en Bizancio.

Las dos iglesias, ambas de tres naves, tenían cultos separados, hasta que en el año 987 fueron unidas, lo que dio como resultado que la Catedral de Amalfi fuera una iglesia románica de seis naves.

Varios acontecimientos históricos acabaron con el esplendor económico y con su andadura como República Independiente. En 1131 fue tomada por los normandos y en 1137 dominada por los pisanos, con lo que dejó ser una potencia marítima.

De su puerto salían cereales, sal, esclavos y madera traídos de otras partes de Italia, a cambio de dinares de oro de Egipto y Siria. Con ellos compraban sedas del Imperio bizantino para después venderlas en Occidente. Los comerciantes de Amalfi usaban monedas de oro para comprar tierras en el siglo IX, mientras la mayoría de Italia todavía se organizaba a base de trueque.

Aquel puerto era sin duda uno de los más importantes del Mediterráneo, pero un tsunami acabó con él, y con una gran parte de la zona baja del pueblo, en 1343, y ya nunca recuperó su importancia.

La primera catedral de Amalfi y su claustro-cementerio

Claustro del Paraíso

En 1266, una de las naves de la primera iglesia fue eliminada para construir el Claustro del Paraíso como cementerio para familias nobles. El claustro es un pórtico de cuatro lados, cubierto con bóvedas de crucería. Sus arcos apuntados entrelazados (típicos del arte árabe-normando), se apoyan en sesenta pares de columnas de mármol coronadas con capiteles de muleta.

En su lado sur hay seis capillas funerarias decoradas con frescos. Fueron financiadas por familias aristocráticas entre los siglos XIII y XIV. Entre todas destaca la Capilla de la Crucifixión, decorada con un fresco de la escuela de Giotto, que representa la escena de la Crucifixión.

Claustro del Paraíso. Catedral de Amalfi
Claustro del Paraíso. Catedral de Amalfi Fuente.

Otros frescos de la época representan un Pantocrator y relatos de los Santos Cosme y Damián. Hay en estos pórticos un anticipo del Museo Diocesano, en el que se conservan sarcófagos romanos cuyos relieves narran la boda de Peleo y Tetis o la violación de Ariadna. Además de fragmentos del púlpito de piedra antiguo, y el suelo de la catedral románica, que se exponen en las paredes.

Basílica del Crucifijo. Primera Catedral de Amalfi

Desde el claustro se accede a la es Basílica del Crucifijo donde se encuentra el Museo Diocesano. Construida sobre una antigua iglesia paleocristiana, de la que se conservan algunos elementos, perdió una de sus tres naves para la construcción del claustro, como hemos visto antes. En su lugar quedan dos capillas medievales cubiertas de frescos de los siglos XIII y XIV.

Altar de plata en el Museo de la Catedral de Amalfi
Altar de plata en el Museo de la Catedral de Amalfi Fuente.

En 1931 se emprendió una reforma en esta iglesia para eliminar la capa barroca que había escondido a la primitiva iglesia románica, gracias a lo cual se pueden ver hoy los frescos de siglos anteriores y la primitiva estructura.

Exterior de la Catedral de Amalfi

Un Atrio que reinterpreta el pasado recibe a los peregrinos.

Desde la escaleras o también desde la primera iglesia románica, se accede al atrio donde están las tres entradas a la catedral nueva. Un accidente ocurrido el 24 de diciembre de 1861, provocado por un fuerte viento, hizo que se cayera una parte del techo y una columna que se volcaron sobre el atrio, causando serios desperfectos.

La Catedral de Amalfi antes de las intervenciones del siglo XIX
La Catedral de Amalfi antes de las intervenciones del siglo XIX

La circunstancia fue aprovechada para eliminar, aquí también, los añadidos renacentistas y barrocos, con idea de devolver a la fachada de acceso su sabor románico.

Se remodeló el atrio o pórtico de la Catedral de Amalfi con una estructura que recuerda a los iwan islámicos. Mientras dos columnas de mármol sujetan el enorme arco de acceso, son pilares envueltos en mármoles bicolores los que mantienen las cresterías de los vanos, de claro sabor gótico oriental. El conjunto de la fachada evoca claramente los mármoles que envuelven el Conjunto Monumental del Duomo de Florencia.

Sobre la puerta central de acceso a la iglesia (realizada en Constantinopla), un mosaico de ecos bizantinos rinde honores a San Andrés. Sobre éste un fresco de la Ascensión de la Virgen decora el final del arco gótico de esta entrada.

Exterior de la Catedral en la actualidad.
Exterior de la Catedral en la actualidad Fuente.

El frontón que remata la fachada con un mosaico que representa una escena del Apocalipsis bajo la que aparecen, entre los huecos que propician sus arcos entrecruzados, otros doce mosaicos que representan a los doce apóstoles.

Errico Alvino, artífice de esta remodelación, consiguió una bella unidad compositiva entre la fachada y el atrio, que conecta todos los espacios del conjunto monumental. El proyecto es una mirada "muy libre", propia de la época de los Neo-románticos que se atrevieron a "corregir" a los viejos arquitectos románicos. En su decoración hay elementos góticos, árabes, bizantinos y clásicos. Es un eclecticismo, que como decimos resulta hermoso, pero no estuvo a salvo de duras críticas.

EL Campanario de la Catedral de Amalfi

Construido entre 1108 y 1276, la base está formada por piedras macizas. Al mirar hacia arriba se ve como se abren vanos geminados, de estilo románico, que van aumentando los huecos conforme asciende en altura: bíforas y tríforas que le le dan luz a la torre mientras aligeran el peso.

Torre campanario de la Catedral de Amalfi
Torre campanario de la Catedral de Amalfi Fuente.

Coronada por una cúpula rodeada por cuatro pequeñas torres de forma circular, y decorada con azulejos polícromos que forman arcos entrecruzados, como los del Claustro del Paraíso, a los que probablemente miró Errico Alvino para su diseño del los del atrio, en el siglo XIX.

El interior de la Catedral de San Andrés de Amalfi

Desde el atrio hay tres accesos a la Catedral del siglo X. Uno de ellos es la puerta de bronce, que hemos visto arriba, tallada en Constantinopla en el año 1060. Está anclada en una puerta de mármol del siglo IX con figuras antropomorfas y motivos geométricos florales, propios del arte normando.

Las tres naves de esta iglesia estuvieron separadas por columnas clásicas pero, en el siglo XVIII, fueron transfiguradas a un lenguaje barroco que cambió las columnas por pilares con incrustaciones de mármoles de colores. El artesonado del techo se cubrió de pinturas y oro desapareciendo cualquier eco románico.

Nave Central de la Catedral de Amalfi
Nave Central de la Catedral de Amalfi Fuente.

Algunos restos supervivientes de la "invasión barroca" permanecen a la vista, como unos arcos entrelazados que permanecen bajo los estucos barrocos en el presbiterio.

Esta iglesia es un contenedor de obras de arte barrocas y de piezas de orfebrería de siglos anteriores que bien merecen la pena. Entre ellas destaca un lienzo que narra la intervención milagrosa de San Andrés y San Mateo en el año 1544 cuando la ciudad se libró de un ataque de Barbarroja, gracias a una marejada imprevista.

Las reliquias de San Andrés, motivo de peregrinación a la Catedral de Amalfi

La catedral es conocida como Doumo Sant’Andrea, porque en su cripta se veneran, además de las de otros santos, las reliquias del apóstol San Andrés, patrono de la ciudad, motivo por el cual acuden muchos peregrinos. Las reliquias de este santo, primer patriarca de la iglesia ortodoxa y patrono de pescadores, pescaderos y fabricantes de cuerda, se reparten entre la Catedral de Amalfi (católica) y la Catedral de San Andrés de Patras en Grecia (ortodoxa), donde fue martirizado.

Las reliquias de San Andrés viajaron primero a Constantinopla y de allí a Amalfi gracias al Cardenal Pedro Capuano. Nacido en Amalfi, Capuano participó en la Cuarta Cruzada que conquistó Constantinopla, entonces capital del Imperio Bizantino, lo que explica el viaje de los restos del santo.

Cripta de la Catedral de Amalfi
Cripta de la Catedral de Amalfi Fuente.

Capuano ordenó la construcción de la cripta alrededor de 1203 y las reliquias de San Andrés recibieron sepultura en ella en 1208. Alrededor de la tumba se levantó un rico altar y una escultura del santo realizada por Michelangelo Maccerino (discípulo de Buonarroti), y las esculturas de san Esteban y San Lorenzo que realizó Pietro Bernini, el padre del genial Gian Lorenzo Bernini.

Los techos de la cripta están decorados con frescos del siglo XVII.

Sobre el sepulcro del Apóstol hay una ampolla de cristal, donde en la Vigilia de la festividad de San Andrés, y en otras ocasiones, se recoge Maná. Este es un hecho que viene sucediendo desde 1304 y cuentan que también sucedía en Constantinopla, el tiempo que estuvieron allí las reliquias.

Paseando por Amalfi

Hoy hemos visitado la Catedral de la ciudad de los limones gigantes, las escaleras empinadas, la brisa del mar en sus rincones llenos de historias. Cuando hablamos de la Costa Amalfitana, contamos que desde Amalfi se puede visitar toda la costa desde el mar por su buen servicio marítimo. Navegar por su gruta esmeralda y saborear la estupenda cocina local. Recomendamos desde aquí entrar en cualquier tratoría de sus callejuelas donde veas gentes del lugar. (No falla en ningún lugar del mundo).

Si quieres una recomendación concreta, en Pizza Expres en Via Pietro Capuano 46, encontrarás pizzas artesanas, con las tres BBB. Y para una cena tranquila Cielo Mare Terra en Via Giovanni Augustariccio 21, fue nuestra última experiencia. Inolvidable.

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