Visitar Florencia es pasear por un museo al aire libre en el que te encuentras a cada paso con el Renacimiento, época gloriosa de la ciudad, que emerge entre sus evocadoras calles medievales. En ellas está la historia de una ciudad que durante la Edad Media y el Renacimiento (sobre el que te recomendamos aquí una lista de libros) fue un referente de la vida intelectual y artística europea.
En el siglo XXI Florencia es un hervidero de actividades culturales. En este año 2021 sus teatros y salas de conciertos comienzan a despertar lentamente del golpe de la pandemia, a la que muy pronto esperamos poder ofrecerte acceso desde este post. Y en lo referente a fiestas populares, (a estas alturas pendientes de la evolución de la pandemia) como muy recomendable es «Il Calcio» que se celebra el 24 de junio y en la que se conmemora el nacimiento del futbol que, según la historia de la ciudad del lirio, nació a orillas del Arno y de allí se exportó al Támesis. Disputas aparte, la fiesta es de lo más interesante.
Cuna del Renacimiento y del Humanismo, desde su caserío monumental los ecos de estas corrientes se extendieron por toda Italia y por Europa entera. Y llegaron desde España hasta el Nuevo Mundo. Pero es además una ciudad dinámica que sin perder “milagrosamente» su esencia, mantiene un pulso de actualidad envuelto, eso sí, en una belleza sin igual.
Un primer consejo para disfrutar Florencia antes de abrumarte con la enorme oferta de esta ciudad: piérdete por sus calles y déjate llevar por tu instinto.
Una leve mirada a la historia de la etapa más brillante de Florencia
Los protagonistas de uno de los momentos de mayor auge cultural fueron algunos de los mejores y más influyentes escritores de todos los tiempos: Dante, Petrarca y Bocaccio. El único florentino es en realidad Dante. Petrarca aunque hijo de florentinos nació en Arezzo y Bocaccio en Certaldo. En todo caso todos eran toscanos, todos residieron en algún momento de sus vidas en Florencia y se conocieron, y lo más importante escribieron en su dialecto toscano: el florentino.
Dado el alcance de sus obras, comenzaron a extender el dialecto toscano entre toda la clase culta de Italia. De manera que cuando la unidad italiana fue un hecho, los lingüistas y los escritores de la nueva nación, tuvieron una poderosa herramienta identitaria y unificadora: una lengua, el florentino, que para entonces tenía ya más de quinientos años de antigüedad y un prestigio indiscutible.
En 1865 Florencia fue durante seis años capital de Italia, y el florentino era la lengua culta que habían utilizado todos los escritores influyentes de Dante a Galileo.
Pero volviendo a la época final de la Edad Media, mientras las letras se inundaban de gloria, Giotto diseñaba en 1334 el famoso campanille del Duomo. Cimabaue había cubierto de teselas de oro el interior de la cúpula del Baptisterio, y los pinceles de Masaccio dejaron en la Capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine, la “otra” Capilla Sixtina del Renacimiento.
La llegada al gobierno de los Médici, una influyente familia de banqueros, a partir de 1434 hicieron de Florencia su feudo y el afortunado objetivo de su mecenazgo. El primero de ellos, Cosme “el Viejo” fundó en 1459 La Academia Platónica de Florencia, donde se terminó de gestar toda la base ideológica del Renacimiento. De ella formaron parte entre otros Marsilio Ficino; traductor y difusor de las obras completas de Platón, Pico della Mirandola; filósofo y teólogo, o León Battista Alberti; el influyente arquitecto renacentista.
Después sus descendientes siguieron potenciando esta hegemonía cultural y Florencia se benefició de ello, y nosotros también. Hacia mitad del siglo XV, en Florencia trabajaron casi simultáneamente Donatello, Brunelleschi, y Boticelli. Como lo haría también Michelangelo, bajo el patronato de los Médici.
Desde Florencia las grandes innovaciones artísticas, los descubrimientos en técnicas artísticas, y las modas pasaron a Roma y de Roma se difundieron por toda Europa.
Del mecenazgo mediceo son las extraordinarias colecciones de arte que podemos disfrutar hoy en sus museos, como lo es lo más señero de la arquitectura que convierte esta ciudad, como decíamos antes, en un museo al aire libre, una ciudad bellísima a la que seguro querréis volver.
Consejos para que visitar Florencia sea una experiencia inolvidable
Esta ciudad es arte, que en sí mismo es un disfrute, pero además en ella fluye como en toda la península italiana, una especie de pacto con el destino que se centra en disfrutar de la vida, a pesar de la vida misma. Para que visitar Florencia sea una experiencia inolvidable, os dejamos una serie de consejos que os ayuden a planificar vuestra visita sabiendo de antemano qué podéis ver, cuáles son los mejores alojamientos de Florencia, su gastronomía, y alguna pista para ver algo más de lo que ve todo el mundo.
1. Alojarse en Florencia
Florencia es como decimos una ciudad pequeña, pero es tal la densidad de lo que ofrece y hay tal invasión de turistas, que como os aconsejábamos en el post de Venecia, merece la pena pasear por sus calles en horas de silencio. Subir al Mirador de Michelangelo (Piazzale de Michelangelo) por la orilla del Arno cuando el silencio sólo lo rompe el trino de los pájaros, y cruzar el famoso Ponte Vecchio con las tiendas aún cerradas disfrutando del amanecer sobre el Arno, son sensaciones que no se olvidan.
Para ello lo mejor es buscar un hotel en Florencia, lo que os permitirá disfrutar de la ciudad cuando los grandes grupos de turistas se marchan y así podréis encontraros con el pulso cotidiano de sus calles.
Aquí os dejamos algunas recomendaciones para todos los bolsillos:
EL Albergue plus Florence. Muy cerca de la estación de Santa María Novella. Tiene habitaciones individuales y compartidas. Por experiencia de nuestros clientes muy bien recomendado y a unos precios buenísimos.
El Alfieri9. Muy cerca de la Galeria de la Academia, este pequeño hotel tiene una estupenda relación calidad-precio y unas críticas inmejorables por parte de nuestros clientes.
El Astrid Hotel está situado muy cerca de la estación de Santa María Novella, a diez minutos a pie de la zona del Duomo y con unas críticas excelentes.
Para bolsillos pudientes:
Grand Amore Hotel and Spa Este céntrico y lujoso hotel está situado a trescientos metros del Duomo. Los clientes vuelven encantados y recomiendan encarecidamente su restaurante.
1865 Residenza d’Epoca. Puro lujo en el corazón de Florencia. Si el bolsillo os lo permite, este hotel es una pasada.
Al Palazzo del Marchese di Camugliano Residenza d’Epoca A poco más de 400 metros del Duomo, este palacio del siglo XVI es un auténtico lujo que recomendamos especialmente para viajes románticos.
El Palazzo Vecchietti – Residenza D’Epoca, otro auténtico lujo florentino situado en el corazón de la ciudad, os hospedaréis en un palacio renacentista del que todos los clientes hablan de una buenísima relación calidad-precio.
Museos y palacios imprescindibles para que visitar Florencia sea una inmersión en el arte
Si el interés del visitante es el arte y pretende ver todos los museos de Florencia, sus palacios y sus iglesias, que también son museos, necesitará tiempo, una planificación para no perderse al menos lo más significativo, y una indumentaria cómoda. Disfrutará muchísimo y aunque no lo podemos asegurar, si se organiza, no sufrirá el síndrome de Sthendal. A continuación dejamos algunos de los considerados imprescindibles.
2. La Galería de los Uffizzi
Es la pinacoteca más visitada de Italia. Su colección de arte es una de las más antiguas y famosas del mundo. La construcción del edificio la comenzó en 1560 Giorgio Vasari, por deseo de Cosme I de Médicis. Levantado con la idea de albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, cuando el Palazzo Vecchio se les quedó pequeño, de donde deriva su nombre «Galería de los Oficios». Terminado en 1581 fue durante años el almacén de las piezas de arte de la magnífica colección de la familia Médici.
Son tantos los autores y tan importantes las obras que encontraréis en este museo que os servirá para entender la evolución de la pintura desde Giotto a Jacopo Bellini y Gentile da Fabriano pasando por Masacio, Paolo Uccello, o Fra Angelico, y Piero della Francesca, o Botticelli, estrella de la sala más famosa del museo, de quien analizamos su famosa Primavera en un post anterior, y donde se encuentran obras de los pintores flamencos Hugo van Der Goes y Rogier van Der Weyden.
Además Perugino, Correggio y Mantegna, Miguel Ángel, Rafael, Leonardo, Tiziano, Tintoretto, Alberto Durero, Rembrandt, Velázquez, El Greco, Goya, Jusepe de Ribera, Jan Brueghel el Viejo, Van Dyck, o Charles Le Brun, Bartolomeo Manfredi, Guido Reni, Caravaggio, y muchísimo más.
3. La Galería de la Academia
Otro museo imprescindible de Florencia, que guarda el original del famosísimo David de Miguel Ángel.
De Miguel Ángel se encuentran en la Academia el San Mateo y los “Esclavos” conocidos como “Los Prisioneros”, que fueron diseñados por Miguel Ángel para la tumba del Papa Julio II, erigida en la Basílica de San Pedro en Roma, donde al final no se utilizaron. Tras la muerte de Miguel Ángel, acabaron en la tumba del Duque de Toscana Cosme I, en la cueva de Buontalenti en los Jardines de Boboli, junto al Palazzo Pitti, donde permanecieron hasta 1909 cuando fueron trasladados a la Academia. El nombre de prisioneros evoca esa lucha de siglos que parecen estar librando con la piedra de la que no terminan de escapar.
Sólo estas obras merecen ya una visita pero hay muchas glorias más repartidas en sus once espléndidas salas.
Como en los Uffizzi os aconsejamos que os dejéis guiar por los expertos que además conocen todos los secretos y las historias de estas obras y de los artistas que las realizaron.
4. Museo del Bargello
Este histórico edificio alberga la que pasa por ser la colección de escultura renacentista más importante de Italia, que hasta 1865 en que fue trasladada aquí, se encontraba en los Uffizzi pues también es parte de la colección de los Médici.
Además de los diseños del Sacrificio de Isaac que Lorenzo Ghiberti y Filippo Brunelleschi, presentaron al concurso convocado para la construcción de la segunda puerta del Baptisterio en 1401, aquí hay obras como Baco con un sátiro, de Miguel Ángel, y su delicado Tondo Pitti, o el maravilloso David y el Tabernáculo de San Jorge de Donatello o el Baco de Jacopo Sansovino.
Este museo es menos visitado que los dos anteriores, lo que hace que su visita sea más relajada.
5. Museo dell’Opera del Duomo
En uno de los laterales del Duomo está este pequeño y maravilloso museo que tiene un atractivo extraordinario: apenas es conocido y por tanto está libre de aglomeraciones. En él os encontraréis con la María Magdalena de Donatello, y con la Pietá Bamdini que Miguel Ángel realizó para su tumba, os aseguramos que la experiencia merece la pena. La impresión que causa esta dramática obra y la cercanía con la que podréis verla es algo único. También están allí la espléndida Tribuna de los Cantores de Luca Della Robbia, y los cuatro paneles originales de la Puerta del baptisterio «Puerta del Paraíso» de Ghiberti.
6. Museo di San Marco.
Este museo cercano a la Galería de la Academia se encuentra en la parte monumental de un antiguo convento dominico, en el que vivió Fra Angelico. En él se exponen obras de Fra Angelico, Jacopo Vignali, Domenico Ghirlandaio, Fra Bartolomeo, Plautilla Nelli, Fra’ Paolino y otros. Aquí se encuentra el fresco de la Anunciación de Fra Angelico sobre la escalera que lleva a las celdas.
7. Arqueológico Nacional.
Espléndido museo con una interesantísima colección de arte egipcio y una colección de arte etrusco extraordinaria. Y no lo es menos la de arte griego, que tiene entre otras joyas la famosa crátera de figuras negras datada hacia 570 a. C. conocida como el Vaso François que está decorado con una serie de narraciones mitológicas griegas rodeando su volumen.
Hasta ahora nos hemos acercado a los museos florentinos cuya llamada es más fuerte que la de los edificios que los albergan. Ahora nos encontraremos con tres de sus más insignes palacios que guardan tras sus muros auténticos museos.
8. Palazzo Médici Riccardi
Frente a la iglesia de San Lorenzo se encuentra el palacio Médici en la Vía Cavour. Era la morada de Cosme de Médici “El Viejo”, fundador de la dinastía. Realizado por Michelozzo di Bartolomeo en el año 1444. Es una visita imprescindible que más allá de su espléndida fachada guarda en su interior un despliegue de clasicismo y lujo artístico. Es famosa la sala de los Magos, conocida como la Capilla de los Magos. Sus muros están cubiertos por un ciclo de frescos que realizó Benozzo Gozzoli, demostrando su maestría tanto en retrato, como en paisaje y en el mundo ecuestre.
Es junto al Vecchio y al Pitti uno de los más importantes palacios de Florencia. Visitable de martes a jueves de 9 de la mañana a 7 de la tarde, y no suele haber colas.
9. Palazzo Vecchio
El Palazzo Vecchio (en español Palacio Viejo) está en una esquina de la Piazza della Signoria y además del Ayuntamiento de Florencia guarda en su interior otro museo, el Museo dei Ragazzi en el que se exponen obras de Bronzino, Miguel Ángel y Giorgio Vasari, entre otros.
Llamado en origen Palazzo dei Priori o Palazzo Novo, se cambió el nombre por el de «Palazzo della Signoria», el organismo principal de la República florentina, en el siglo XV. Cuando Cosme I de Médici en 1540 lo utilizó como residencia, y pasó a ser el «Palacio Ducal”. Y en 1565, cambió el nombre por Palazzo Vecchio al haberse mudado Cosme I al Palazzo Pitti.
Comenzado en 1299 tiene en su fachada principal uno de los emblemas de la ciudad, la Torre de Arnolfo. y en su interior sobresale el Salón de los Quinientos, cuya decoración mural se encomendó a Leonardo da Vinci (La batalla de Anghiari) y a Miguel Ángel (La batalla de Cascina). Pero no se terminaron y sus muros fueron decorados con los frescos diseñados por Giorgio Vasari. También a Vasari se le debe la Sala de los mapas Geográficos de Cosme de Médici por encargo de Cosme I.
10. Palazzo Pitti
Unido por el Corredor de Vasari al Viejo palacio de la Piazza della Signoria, y ya en el otro lado del Arno, sus comienzos en 1458 se deben al banquero florentino Luca Pitti. Fueron sus descendientes quienes lo vendieron a Leonor Álvarez de Toledo y Osorio, esposa de Cosme I de Médici, que añoraba la lujosa corte de su padre, Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, el Virrey de Nápoles.
Cosme I le encargó a Giorgio Vasari la ampliación del palacio para ofrecerle a su esposa todo el lujo que ella añoraba. El tamaño del edificio aumentó considerablemente y se construyó el pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio, atravesando los Uffizi y el Ponte Vecchio, al Palazzo Pitti. (El Corredor de Vasari)
Construyeron los Jardines de Bóboli, en cuyo diseño original había un anfiteatro, en el que se representaban obras de teatro para la cultivada corte florentina.
Hoy es un impresionante conjunto museístico cuya visita puede llevar más de una mañana, de la que podéis descansar en los jardines del Bóboli y montaros un picnic. Para haceros una idea de lo que aguarda en su interior, os contaremos sólo que en la Galería Palatina donde permanece la colección privada de los Médici, hay obras de Rafael, Botticelli, Tiziano, Correggio, Caravaggio, Rubens, Artemisia Gentileschi y Pietro da Cortona, entre otros.
Además de la extraordinaria colección de la Galería de Arte Moderno: cuarenta cuartos que guardan la colección privada de María Estuardo, están Las Estancias privadas de los Médici, el Museo de la Plata conocido como «El Tesoro Médici”, un Museo de la Porcelana en el «Casino del Cavaliere» de los Jardines de Bóboli, la Galería de TrajesMuseo de Carruajes
11. Ospedale degli Innocenti
Aunque no es un palacio, este antiguo orfanato construido y dirigido por el rico y poderoso «Arte della Seta» o Gremio de la Seda de Florencia, es un brillante ejemplo de la arquitectura del primer Renacimiento, en cuyo diseño y construcción está implicado el nombre Filippo Brunelleschi. Siguiendo la ruta de Brunelleschi captaréis toda la magnitud de lo que significó este arquitecto para Florencia. Su interior, cómo no, guarda una interesante pinacoteca.
12. Museo del Palazzo Davanzati
En él encontraréis cómo era una casa de la época de los Médici.
13. Loggia dei Lanzi o della Signoria.
Como decíamos al principio esta ciudad es un museo al aire libre. Esta Loggia situada en la espléndida Piazza della Signoria nació en el siglo XIV como pórtico de las asambleas públicas populares y las ceremonias oficiales de la República florentina. Entre su exposición de escultura destaca la obra de Benvenuto Cellini, Perseo con la cabeza de Medusa.
Un descanso para disfrutar de otros placeres mundanos de Florencia en sus más históricas cafeterías
Entre tanto disfrute artístico se hace necesario reponer fuerzas y saborear otros placeres como el de los imprescindibles “gelattos” italianos que en cualquier establecimiento que entréis estarán de lujo. Además en cualquier plaza de esta ciudad hay motivos para detenerse y saborear un delicioso café italiano.
14. Si estáis pensando en subir al Campanille os sugerimos un capuchino en el famoso Caffe Scudieri, en la Piazza San Giovanni, y como tenéis que subir unos “cuantos” escalones deberíais acompañarlo de cualquiera de sus sabrosos pasteles. Imposible aconsejar, apetecen todos.
15. Detrás del Duomo está la Biblioteca delle Oblate. Si estáis cansados de tanto jaleo de turistas, este es vuestro sitio. En la segunda planta hay una cafetería de ambiente estudiantil con estupendas vistas a la cúpula de Brunelleschi. Los miércoles y jueves desde las 18:30 la cafetería organiza aperitivos. Una aconsejable costumbre italiana.
16. Si os encontrais por la Piazza de la Signoria os aconsejamos el famoso Caffe Rivoire, tan imprescindible como los Uffizzi. Aquí además del omnipresente café, el chocolate es el indiscutible protagonista y es parte de la historia de la ciudad desde el siglo XIX. Las tentaciones son tantas en este local que os aconsejamos que os dejéis llevar. Su terraza frente al Palazzo Vecchio es un espectáculo inolvidable al caer el sol.
Y si estáis en la Piazza della Reppublica, hoy Piazza Vittorio Emanuele II, tenéis varias opciones, casi obligaciones, relacionadas con el mundillo cultural de Florencia:
17. Está eL café Paszkowski (declarado Monumento Nacional) nació en 1846 como el Caffè Centrale.
18. El Caffé Le Giubbe Rosse, desde 1827 que le debe el nombre a los uniformes que llevaban sus camareros. En él desde principio del siglo XX, se reunían numerosos intelectuales de la época.
19. El Caffè Gilli, puro estilo Belle Époque, que desde principios del siglo XX fue un elegante café literario, frecuentado por artistas e intelectuales.
20. Una última recomendación en la zona: El Caffe Giacosa se encuentra en el claustro del Palacio Strozzi. A escasos metros después de atravesar el arco de triunfo de la Piazza de la República os llamará la atención el fastuoso Palazzo Strozzi. En su interior aguarda otra cafetería de tradición literaria. En su patio encontraréis un bello y elegante refugio para descansar del ajetreo turístico.
Iglesias de Florencia
En cuanto a las iglesias os aconsejamos que si andáis paseando sin rumbo fijo, entréis a cualquiera que os salga al paso porque ninguna os defraudará. Por ejemplo caminando hacia la Piazza della Signoria,en la Via dell’Arte della Lana, encontraréis la iglesia de Orsanmichele en cuyo exterior ya tenéis una exhibición de escultura impresionante. Y si os interesa el mundo judío, la Sinagoga di Firenze que guarda un Museo ebraico y está muy cerca de la plaza de la Santa Croce, os encantará. Pero como estamos aconsejando lo imprescindible os dejamos con las más impresionantes.
21. Il Duomo. Santa Maria del Fiore. Cuando llegas por primera vez a la plaza del Duomo, si accedes callejeando desde la estación ferroviaria de Santa María Novella, la sensación es inexplicable.
Sólo el exterior de este conjunto monumental (Duomo, Baptisterio y Campanile) es un derroche de belleza tal, que apabulla. Una vez dentro el derroche continúa, aunque la mayor atracción es la Cúpula de Brunelleschi. Para ver los frescos de Vasari y Zucaro es imprescindible subir los más de 400 escalones que llevan “al cielo”, además las vistas desde la linterna son espectaculares.
Aunque a nuestro juicio las vistas desde el Campanile de Giotto son mejores porque además de Florencia, se disfruta de una vista de la magnífica cúpula que es impagable. Entre las dos subidas hay unos 900 escalones, (tomadlo con calma, hay 24 horas para visitar todo el conjunto con el mismo billete). La entrada para subir a la cúpula es obligatoriamente con reserva y con ella tenéis acceso a la Cattedrale, la Cúpula, el Baptisterio, el Campanile, la Cripta, y el Museo dell’Opera del Duomo. Toda la información la tenéis en la misma web de las entradas.
22. San Miniato al Monte.
Esta joyita románica está a unos cinco minutos andando desde el mirador del Piazzale Michelangelo. Os recomendamos subir a primera hora paseando desde la orilla del Arno en el barrio de Oltrarno (Al otro lado del Arno). Las vistas de Florencia con la cúpula del Duomo “flotando” sobre la ciudad son inolvidables. Las puestas de sol son también espectaculares. Su pequeño y artístico cementerio mira eternamente a la bellísima Florencia.
23. Basílica de la Santa Cruz.
Si tuvieseis que elegir una iglesia entre todas las de Florencia, os aconsejamos ésta. Es la iglesia franciscana más grande del mundo. El interior impresiona por la sobriedad y claridad de su lenguaje arquitectónico, típico de los franciscanos, y su contenido en escultura y pintura es extraordinario. Es el panteón de Florencia, en ella hay más de 300 tumbas, entre las que destacan las de Galileo Galiei, Maquiavelo, Lorenzo Ghiberti o Miguel Ángel. Para que os hagáis una idea de la belleza que guarda, basta contaros que durante la visita de Stendhal en 1817, incapaz de soportar tanta hermosura, sufrió los síntomas del que se ha dado en llamar desde entonces “el Síndrome de Stendhal»
Su imponente arquitectura gótica, el despliegue de maravillosos frescos, los retablos, sus preciosos vitrales que datan de 1380, y las numerosas y extraordinarias esculturas, hacen de esta iglesia, una de las páginas más importantes de la historia del arte florentino desde el siglo XIII. Os aconsejamos encarecidamente que si vais por vuestra cuenta, hagáis el recorrido con la audiguía. Una de las mejores que hemos escuchado.
Para recuperaros de la profusión de obras maestras, en uno de los claustros os encontraréis con la serena Capilla Pazzi. Recinto funerario de esta familia, obra de Filippo Brunelleschi, de la que os hablamos en nuestra Ruta de Brunelleschi, a la que os hemos remitido ya en este post.
24. La Basílica de San Lorenzo.
Con un exterior poco llamativo porque su fachada, que iba a diseñar Miguel Ángel, quedó sin terminar, tiene sin embargo, un interior impresionante y revolucionario. De ella os hablamos en el citado post sobre Brunelleschi. Gestionada como un complejo monumental, la visita completa incluye además de la Basílica, el Museo delle Cappelle Medicee y la La Biblioteca Medicea Laurenziana. Toda la información y las entradas en esta web.
25. Santa María Novella.
En la plaza del mismo nombre y muy cerca de la estación de tren, que también lleva su nombre, esta basílica dominica construida en el siglo XIII guarda entre las firmas que intervinieron en su construcción la de León Baptista Alberti en la fachada. En el interior uno de los primeros intentos para dominar la perspectiva: «el fresco de La Trinidad» de Masaccio, además de unas bellísimas vidrieras en el altar mayor y en el rosetón de la entrada, de autores desconocidos, o la tumba del pintor Domenico Ghirlandaio en su intimísimo cementerio. Es un joya del Gótico italiano y también del Renacimiento.
También encontraréis allí la farmacia más antigua de Europa que lleva en activo casi 4 siglos. «La Farmacia de Santa María Novella”, con acceso también desde el nº 16 de Via della Scala.
Uno de los productos más antiguos fabricados en esta farmacia es la fragancia Acqua della Regina que al parecer fue preparada por los monjes para la reina de Francia Catalina de Médici, y se sigue fabricando con los mismos ingredientes. El inolvidable aroma que invade el precioso local es culpa de productos como el agua de lavanda, los jabones de oliva y los variados perfumes y aceites fabricados con sustancias naturales, (no os importe no comprar, están acostumbrados a ser una especie de visita turística más que un local de ventas, pero no os la perdáis)
Y en el Barrio de Oltrarno (al otro lado del Arno), otra imprescindible visita:
26. La Iglesia del Carmine.
Esta iglesia forma parte de un convento carmelita que sigue activo hoy día. Está en la plaza del mismo nombre y se mantiene erguida desde 1268. Esta iglesia guarda en su interior, sobreviviente de un tremendo incendio, la Capilla Brancci. Conocida por algunos como la «Capilla Sixtina del primer Renacimiento» por su magnífico ciclo de frescos, que se encuentran entre las más famosas e influyentes de la época y que fueron realizados por Masaccio, Masolino y Filippino Lippi.
Algunos consejos para que visitar Florencia sea una experiencia gastronómica
La cocina florentina está basada en la sencillez y la calidad de sus ingredientes. Entre sus platos más típicos destaca el «bistecca alla fiorentina”, la ribollita: una sopa de verduras, pan y judías, la pappa al pomodoro: sopa de pan y tomate, y la Tagliata con rucola: un tipo de ensalada con rúcula, romero, escamas de que parmesano, aceite y pimienta.
En los bares de vinos, allí enotecas, encontraréis buenísimos quesos y embutidos toscanos.
En cuanto a postres: los cantuccini: galletas de almendra, se sirven con un vino santo (vino dulce toscano) y se mojan en el vino, o si preferís con café, o cualquier dulce de las cafeterías recomendadas son un espléndido broche a una comida en Florencia.
27. La mejor comida rápida: los trippai. Los trippaio son puestos ambulantes en los que sirven “caninos con callos”. Dos rebanadas de pan que guardan dentro callos sazonados de diversas formas.
Los encontraréis con facilidad en cualquier esquina y saciaréis el hambre por algo más de tres euros.
28. Algunos locales muy recomendables.
Amici di Ponte Vecchio Da Stefano – Pizzas al taglio (al corte) y bocadillos variados. Excelente, tiene concedidas las tres BBB. Están en Oltrarno en Via de’Bardi, cerquita del Ponte Vecchio.
Y ya que estamos en Oltrano os sugerimos Il Ristoro, un local sencillo, imprescindible, económico, con dos salas y un mostrador en el que podéis comprar charcutería.
Il Pizzaiuolo (Via dei Macci 113) – Está siempre lleno de jóvenes florentinos (buena señal), encantados con su pizza napolitana de masa gruesa en horno de leña. Hay que reservar.
Gustapanino (Piazza Santo Spirito) la larga cola de florentinos y foráneos, que aguardan frente al pequeño local, calificado por muchos florentinos como la mejor enopaninoteca: (una moderna parada para tomar vino y un sándwich) de su ciudad. No hay asientos, por lo que las escaleras de la iglesia del Santo Espírito están siempre repletas de consumidores del Gustapanino.
En L’Osteria di Giovanni (Via del oro 22, en Santa María Novella) ofrecen una cocina absolutamente toscana y muy creativa.
La Trattoria Mariode la Via Rosina, junto al Mercado Central. Abarrotada de florentinos, a pesar de aparecer en todas las guías. Los lunes y los jueves se sirven callos, los viernes, pescado y los sábados, bistecca alla fiorentina. No se puede reservar y no aceptan tarjeta de crédito.
Si no conseguís comer en la Trattoria de Mario, a la vuelta está el maravilloso Mercado Central. Aquí además compraros sabrosos recuerdos a los mejores precios de Florencia, podréis comer en cualquiera de los múltiples puestos que preparan comida en el momento y catar vinos en la enoteca Gallo Nero.
O disfrutar de Tosca el restaurante del Mercado Central de Florencia, donde podréis comer cómodamente sentados disfrutando de una vista panorámica del interior del bullicioso mercado y eligiendo en el menú entre una gran selección de platos preparados al momento. ¡Ah y tienéis Wi-fi libre! La contraseña en el punto de información del mercado.
Qué comprar en Florencia que os evoque la ciudad en la lejanía
29. Después del auténtico disfrute del Mercado central (abierto de 10 de la mañana hasta la media noche) y ya que estamos en el barrio de San Lorenzo, os recomendamos que paseéis por sus animadísimas calles llenas de tiendas donde podéis encontrar a buenos precios uno de los artículos mas preciados de la ciudad: la marroquinería. Ojo hay muchas imitaciones que tendréis que valorar. Hay también muchos puestos de baratijas, camisetas máscaras venecianas y un sinfín de artículos.
30. La Scuola del Cuoio (Piazza di Santa Croce, 16), es un taller del cuero que se creó para proporcionar a los huérfanos un modo de ganarse la vida, pero hoy es toda una institución. Es un lugar de referencia en cuanto a la piel y el cuero, más caro pero razonablemente asequible.
31. Florencia es también famosa por sus manufacturas de papel. Entre las tiendas especializadas más populares están Signum (Lungarno Archibusieri, 14/r), Il Papiro (Via Cavour 49/r) y Giulio Giannini e Figlio (Piazza Pitti, 37) que cuenta con una larga tradición a sus espaldas y es todo un clásico de Florencia. Todas en las cercanías del Duomo.
32. Y la seda florentina. Si quieres conocer más sobre los artículos de seda en Florencia, un buen lugar que visitar es el Antico Setificio Fiorentino.
33. Y si el dinero no es vuestro problema sumergiros en la céntrica Via Tornabuoni. Una calle repleta de palacios que se ha convertido en un muestrario del lujo y la alta moda. En ella os encontraréis por ejemplo con Gucci y Ferragamo. Y en las cercanías del Ponte Vecchio repleto de joyerías, está la Via Por Santa María, Via Calimala y sus calles perpendiculares y paralelas encontraréis también tiendas exclusivas donde haceros un regalo inolvidable.
34. Un consejo imprescindible si os gusta la artesanía, perderos por el barrio de Oltrarno y callejeando sin rumbo os vais a encontrar con tiendas de artesanos de toda la vida. Tiendas de cerámica, velas, papelerías y productos gastronómicos locales, y bares y tratorías a las que no llegan muchos turistas. Si vais a visitar Florencia entre finales de abril y principios de mayo, estáis de enhorabuena, porque en esos días se celebra la la Feria Internacional de la Artesanía. Florencia se convierte en esos días en «La aldea global del arte, el misterio y la cultura». Muebles, objetos de decoración, cerámica, gastronomía, moda, productos de belleza. Un sin fin de posibilidades para disfrutar.
Teatros de Florencia
Acudir a un espectáculo de ópera o de teatro en Florencia es otra excelente opción.
35. La Musica es una parte importante en la historia de Florencia. Las primeras operas nacieron aquí al final del siglo XVI siguiendo las teorias y la experiencia de la Camerata de’ Bardi. Las posibilidades de asistir a algún concierto de ópera en este u otro espacio son múltiples a lo largo de todo el año.
36. En cuanto a los teatros, el de la Pérgola, Teatro alla Pergola, es el más antiguo de Europa y tiene durante todo el año una oferta de obras de teatro de alta calidad. Si os gusta el teatro os aconsejamos que os acerquéis, se puede visitar cuando no hay espectáculos.
Excursiones desde Florencia
Florencia es la capital de la Toscana y es un inmejorable lugar desde el que acercarse a lugares tan emblemáticos como Siena, Pisa, la zona del Chianti, Montalcino o cualquiera de los maravillosos Arezzo o Lucca, y la también cercana y bellísima Umbria, donde os espera la espectacular Perugia, la dulce Asissi que guarda auténticos tesoros en los muros de la Basílica de San Francisco, o la sorprendente joyita de Gubbio, donde llevan creando maravillas con el barro desde el año 1300.
Desde Florencia podéis acercaros a todos estos lugares por vuestra cuenta, bien alquilando un coche o utilizando la buenísima red de Trenitalia. Pero si preferís la comodidad de los servicios organizados os proponemos algunas excursiones muy recomendadas.
37. Cinque Terre, cinco pueblitos rodeados por colinas y viñedos que parecen suspendidos entre la tierra y el mar.
38. O la clásica y recomendable a Pisa, San Giminiano y Siena
39. O esta otra a Pisa, San Giminiano y Chianti con la particularidad de una degustación en una bodega de Chianti.
De momento y después de unos días en esta bellísima ciudad nos despedimos con un sentido ¡CIAO BELLA!