No existe en Francia cielo más azul. Sólo tengo que cerrar los postigos de mi ventana para conservar en mi alcoba todos los colores del Mediterráneo. (Henri Matisse)
Nada más cierto, la luz del Mediterráneo inunda las calles de Colliure que llevan años impregandas de arte, de literatura, de poesía. Este rincón de la costa francesa, a escasos kilómetros de España, es desde hace mucho tiempo, un refugio de artistas y pensadores, es también un atractivo lugar de vacaciones que acoge turistas en busca de sol, tranquilidad y buena mesa. En este bohemio pueblo se han creado grandes obras de arte, por aquí han paseado su genialidad y se han inspirado nombres como Picasso, Matisse o Chagall.
Los comienzos del Fauvismo
En 1905 Colliure era un pequeño puerto de pescadores, que hunde sus raíces en un antiguo puerto fenicio, cuyas empinadas calles fueron testigos del nacimiento de un movimiento pictórico, el fauvismo, un estilo vibrante que utiliza el color con fuerza expresiva y sin mezclas, para contar los sentimientos.
Fue allí donde Matisse acompañado de un joven Derain, fraguó este movimiento artístico que escandalizó aquel año en el Salón de Otoño de París. Calificados por el crítico de arte Louis Vauxcelles con estas palabras:
En el centro de la sala vemos un torso infantil y un pequeño busto de mármol modelado con delicada ciencia por Albert Marque. El candor de estos bustos sorprende en medio de la orgía de tonos puros como un Donatello entre salvajes.
Los fauves, «salvajes», no sólo utilizan el color con pinceladas potentes, con predominio de éste sobre el dibujo, suelen dejarlo en el lienzo tal como sale del tubo. Matisse desde aquel año volvió repetidamente a Collioure, desarrollando allí una de las etapas más intensas de su obra.
Hoy Colliure es un centro de atracción para los artistas y para los aficionados a la pintura, las calles de su barrio El Moré, antiguo barrio de pescadores y marineros, con sus callejuelas estrechas y casas de colores pastel están salpicadas de galerías y ateliers. En cualquier rincón es fácil encontrarse a un artista intentando impregnar su lienzo de esa luz de la que hablaba también Derain:
…hay una luz dorada, que suprime las sombras. Es un trabajo enloquecedor, todo lo que se había hecho hasta ahora me parece estúpido.
El fauvismo, que como grupo estaba ya desecho en 1908, fue la primera expresión violenta de la pintura del siglo XX. No introdujo ningún concepto nuevo, en realidad asimilaron los experimentos de Gauguin, Van Gogh, Seurat y Cézanne, y siguieron pintando objetos de su entorno: bodegones, retratos, interiores, temas que ya habían trabajado los Nabis, y que los Fauves desnaturalizaron liberando al color de su función descriptiva, obviando los colores reales de los objetos pintados. El fauvismo influyó de manera decisiva en el expresionismo del arte moderno.
Esa entrega de Matisse al poder del color, se hizo más evidente después de sus viajes al sur. A partir de 1910 viajó a Sevilla, Córdoba, a La Alhambra de Granada y Tánger, donde se enamoró de los motivos árabes y de la fuerza que la luz del sur confiere a los colores.
Volviendo al verano de 1905 en Colliure de los pinceles de Matisse salieron bodegones, ventanas abiertas al paisaje, y retratos irritantes. En La raya verde (1905), Matisse refleja una imagen de su mujer absolutamente impactante para un espectador de aquel tiempo, incomprensible desde el punto de vista estético e incluso éticamente dudosa, muchos la entendieron como un retrato grotesco de su mujer.
André Derain dejó lienzos de aquel año en los que encontramos paisajes de Colliure llenos de vida y energía.
Si paseais por Colliure encontraréis la Senda del Fauvismo, o Chemin du Fauvisme, es una ruta marcada por veinte reproducciones de la obra que Matisse y Derain realizaron en Colliure.
El último viaje de Antonio Machado
Muchos llegan a Colliure en busca de la tumba de Antonio Machado.
Como tantos otros exiliados que huian de la locura desatada en España, llegó el poeta a Colliure con parte de su familia, y llegó para partir, en el último viaje, como predijo en su retrato:
…ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.
Y allí descansa, a orillas del Mediterráneo.
A penas pudo disfrutar el poeta de esa luz dorada de la costa roja francesa. Falleció tan sólo un mes después de llegar, unos días antes que su madre, Doña Ana Ruiz, con quien comparte una tumba en la que se suelen ver no sólo flores o banderas republicanas; objetos, palabras, versos, emociones de admiradores de su obra, españoles y extranjeros que ven en sus últimos días un injusto final para un hombre:
…en el mejor sentido de la palabra, bueno.
Junto a la tumba hay un buzón donde se recogen cartas que llegan de todas partes del mundo, cartas de agradecimiento, de pésame, de admiración, o de afecto.
Su hermano encontró en el bolsillo de su gabán un papel en el que Antonio había escrito:
Estos días azules, y este sol de la infancia
El último verso de un poeta del sur a quien la luz de Colliure le devolvía los recuerdos de niño en
…un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero.
del palacio sevillano donde nació: la Casa de las Dueñas.
Cada 21 de febrero, víspera de la fecha de su muerte, Colliure le rinde homenaje al poeta y cada dos años desde 1979, se celebra el Premio de Literatura Antonio Machado, creado por la Fondation Antonio Machado de Collioure.
En 2009 se creó la Red de Ciudades Machadianas: Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Colliure y Rocafort, en la que se recogen datos de la vida y la obra del poeta, y los eventos que se promueven en cada una de éstas ciudades, que de una u otra forma, formaron parte de la vida de Antonio Machado.
Imprescindibles en Colliure
Pero esta ciudad que fue residencia de verano de los reyes de Aragón y Mallorca, seductora y luminosa, donde los ocres, los rosas, o los anaranjados, cubren las fachadas de las casas, y configuran multitud de callejones coloridos que inspiran a poetas y creadores, guarda además testimonios de su larga e intensa historia. Páginas imprescindibles de la historia de Francia.
Si la miramos desde el mar, veremos calas serpenteantes que guardan y protegen esta perla del sur de Francia; si levantamos la vista, encontramos viñedos cultivados en suaves terrazas que bajan desde la montaña y se acercan al mar para impregnarse de la brisa marina que confiere a sus vinos una personalidad única.
Y aunque fue Sébastien Le Prestre, Mariscal francés, quien en el siglo XVII le dió a la ciudad el aspecto actual ampliando el castillo, sobre los restos visigodos, y modificando la ciudad, Colliure conserva aún huellas de su pasado medieval.
Entre las visitas imprescindibles está el Museo de Arte Moderno, que guarda en el Castillo de los Templarios, grandes obras de arte contemporáneo, y trabajos de los autores seleccionados por el Premio Germination Europe.
Y el Fort Saint Elme, una fortaleza defensiva, cuyos muros de más de nueve metros de grosor y su ausencia de zonas ciegas la convierten en una ciudadela prácticamente impenetrable.
También es imprescindible una visita a la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, cimentada en la playa de Colliure, a nivel del mar, cuyo campanario fue un faro medieval, y el Convento de los Dominicos y su espectacular claustro.
Desde la Torre de Madeloc, del siglo XIII, se disfruta de unas magníficas vistas de Colliure y de la costa del Rosellón.
Probar sus famosas anchoas y su especialísimo vino. Las anchoas las encontraréis cocinadas de multitud de formas: fritas, en crema para untar, en sal, en aceite, etc., y claro los frescos productos del mar. La oferta de restaurantes y hoteles es más que notable, hay para todos los gustos y bolsillos.
El ambiente de Colliure es siempre un disfrute, y si coincides con alguna de las fiestas como la de San Vicente, o Hallowen o el divertido Desayuno en la Hierba, cuando la Calle de la Fraternité se alfombra de hierba y emulando el cuadro de Manet, manteles con viandas sirven para tomar un bocado y el ambiente festivo inunda la ciudad. En invierno, el Mercadillo de Navidad, La Cour de Noël, se celebra en el Castillo Real y reparte sus puestos de productos gastronómicos y artesanía por las distintas estancias.
Hay además una amplia oferta de actividades además de visitas guiadas; paseos por el mar, submarinismo, senderismo, excursiones a los alrededores y mucho más.