Amberes suele pasar desapercibida en una Bélgica con ciudades tan conocidas y visitadas como Brujas, Gante y Bruselas. Sin embargo, ofrece una enorme variedad de posibilidades al viajero que van de lo más moderno a lo puramente barroco, santo y seña del esplendor de la ciudad.
A ambas orillas del Escalda, un río que comienza a ganar anchura a un ritmo vertiginoso cuando llega a la ciudad, Amberes es todavía un enclave rico gracias a su río. Durante los siglos XV y XVI fue una de las mayores y más ricas urbes de Europa, hasta que durante la Guerra de los Ochenta Años recibió varios golpes que frenaron su imparable desarrollo.
Hoy sigue siendo un nodo de comercio de primer orden en el Mar del Norte y el Báltico, y ha continuado en bonanza económica gracias a los diamantes, un negocio en el que sigue siendo líder mundial. Su enorme puerto comercial, el segundo de Europa, hace que en Amberes fluya el dinero. Un conjunto de factores que han hecho de la ciudad un lugar moderno que respeta su pasado barroco.
Amberes-Central y el barrio de los diamantes
La mejor forma de llegar a Amberes es en tren. Además de disfrutar de un placentero viaje en ferrocarril, uno conoce nada más bajar al andén una de las joyas de la ciudad: la estación Amberes-Central. Es una de esas estructuras del siglo XIX que sigue siendo moderna, y no hay estaciones de tren tan bellas como estas.
Al salir de la estación ya se nota la humedad y un leve aroma marítimo. Aunque no es una ciudad costera, el mar está a muy pocos kilómetros, y el gran puerto comercial hace pensar que estamos a dos pasos de la playa. Junto a la estanción está el barrio de los diamantes que, en tan sólo cuatro calles, aglutina unos 1.700 negocios.
Es uno de los grandes negocios de la ciudad y de toda Bélgica. En estas cuatro calles uno puede contemplar todo tipo de joyerías con algunos de los mejores precios del mundo. Sin duda, si te interesan los diamantes, Amberes es tu ciudad. Algo que lo ejemplifica a la perfección es que hay tres entidades que certifican la calidad de los diamantes en todo el mundo, dos están aquí.
Como decíamos al principio, Amberes ha sido un enclave comercial desde hace siglos. Cuando Flandes pertenecía a la Monarquía Hispánica, la ciudad era esencial los reyes españoles. Tan importante era dominar el Nuevo Mundo y poder traer a Europa la plata y el oro, como mantener seguro el puerto de Amberes y la bolsa de Bruselas.
Pero esta relación entre Flandes y la Monarquía Hispánica sufrió dificultades en la llamada Guerra de los Ochenta Años. Aquello fue algo más complejo que un único y gran conflicto, pero afectó en diferentes momentos a Amberes y los reyes españoles la perdieron. Tomarla no era fácil, y aquí tuvo lugar uno de los asedios más célebres de la historia de España.
Al final, la ciudad acabó de nuevo en manos españolas y, andando el tiempo, ese largo conflicto dio origen a las modernas Bélgica y Holanda. Por eso Amberes está en Bélgica y parte de su término municipal hace frontera con Holanda. Y aunque lo belga se relaciona más con lo francés, aquí se habla neerlandés flamenco.
Qué ver en la Amberes barroca
Hablar de Amberes en 2019 es hablar de barroco, y quién mejor para aproximarnos a este movimiento cultural que de la mano de uno de sus mayores referentes: Pedro Pablo Rubens. Bajo el título de «Amberes barroca 2018. Rubens como inspiración«, la ciudad pretende mostrar al mundo, desde 2018, una de sus señas de identidad. Si nunca faltan motivos, este sigue siendo, sin duda, el mejor año para visitar Amberes.
No muy lejos de nuestro punto de partida, la estación central, está el epicentro de la Amberes barroca: la casa de Rubens. La buena fortuna de la ciudad llamaba la atención de todo tipo de personajes, haciendo que por Amberes pasara el dinero y se quedara buena parte de él; y donde hay dinero, suele haber arte. La Rubenshuis, donde el pintor pasó los últimos 29 años de su vida, es visitable y es el mayor punto de interés de la ciudad durante estos años.
Además del propio interés de visitar la Rubenshuis, la casa museo del pintor contará con exposiciones hasta 2020, ya que Amberes Barroca 2018 forma parte de un festival barroco en Bélgica que durará tres años. En 2019 se pone la primera piedra del edificio Centro de Experiencias Rubens, en el que Amberes nos dará herramientas para interpretar mejor la obra del pintor. El edificio, no obstante, será inaugurado en 2020 junto a una exposición sobre objetos de lujo hechos por Rubens, cerrando así el festival.
Qué ver en el centro de Amberes
Cerca de la casa de Rubens está la catedral gótica, que con su puntiaguda torre resalta sobre todos los edificios de Amberes. Está rodeada de callejuelas repletas de bares donde se puede degustar la Triple d’Anvers, una cerveza de receta local adornada con el skyline de la ciudad. A solo unos pasos, la Plaza Mayor es el centro neurálgico de la ciudad (Grote Markt). La plaza está presidida por el edificio renacentista del ayuntamiento, y rodeada por completo por casas gremiales tan habituales en ciudades hanseáticas (ver Leipzig, Bruselas o Cracovia).
En el centro de la plaza se encuentra la fuente de Silvio Brabo. Según cuenta la leyenda, Silvio fue un centurión romano que cortó la mano al gigante que cobraba un peaje en el río Escalda. Y el nombre de la ciudad viene de ahí, porque Ant-werpen (Amberes en neerlandés) significa «mano-lanzar».
Existiera o no tal gigante, lo cierto es que en el enorme río Escalda bien podrían refugiarse varios de ellos. Una de las curiosidades de la ciudad se encuentra bajo el río. No muy lejos del casco antiguo se encuentra el túnel peatonal de Santa Ana para cruzar a la otra parte de Amberes. Al salir a la superficie, tras medio kilómetro andando bajo tierra, uno ve un paseo fluvial con mirador. Desde allí hay uno de los mejores skylanes de la ciudad al otro lado de un Escalda que parece, y es, inmenso.
De vuelta al centro, en la preciosa catedral se expone, hasta 2021, una colección de cuadros de Rubens junto a otros maestros de la escuela de Amberes. La ocasión lo merece, y el templo es uno de los puntos que hay que ver en Amberes. La expoisición está abierta todos los días (salvo los lunes) con un horario muy flexible, con lo que podemos cuadrar una visita con facilidad durante nuestro viaje.
En la puerta sur de la catedral se abre la Groenplaats (literalmente, espacio verde), una gran plaza rodeada por restaurantes, un lugar fantástico para parar a recargar pilas. Además de algunos árboles, el centro lo preside Pedro Pablo Rubens en una escultura cuyo fondo es inmejorable: la catedral de Amberes.
Más allá de la historia que se respira en sus callejones y algunos edificios esenciales del centro, Amberes tiene varios museos de obligada visita. En el Plantin-Moretus se expone todo el proceso de una de las imprentas más ilustres de la ciudad. El museo está en la casa-taller de Christoffel Plantijn, quien fundó la imprenta en el siglo XVI, y de Jan Moretus, yerno del anterior que heredó la propiedad.
De impresiones cartográficas Amberes no solo es experta, también es pionera. Abraham Ortelius, natural de la ciudad, editó los primeros mapas impresos en planchas de bronce. Aunque quizás es más conocido por el Theatrum Orbis Terrarum, considerado el primer atlas moderno. Ortelius lo editó en 1570, en su ciudad natal.
No muy lejos de la catedral de Amberes está la iglesia de San Carlos Borromeo, una perla del barroco que, además de un magnífico altar y un precioso órgano, contiene una muestra de obras de Rubens. Muy cerca, apenas cruzando la calle tras la iglesia, está la casa de Snijders y Rockox, el primero un pintor y el segundo un destacado mecenas local. Además de la interesante colección permanente, acoge una fantástica muestra de obras de Jan Brueghel el Viejo, famoso por sus pinturas de naturaleza muerta.
Por otra parte, si te interesa la obra de Pieter Brueghel el Viejo no te puedes ir de Amberes sin visitar el museo Mayer van den Bergh, donde podremos ver una buena cantidad de obras de este pintor. De hecho, si 2018 estuvo más centrado en Rubens, 2019 es el año de Brueghel en la ciudad del Escalda.
Amberes, mucho más que barroco
Siguiendo la senda de los museos, otro edificio que merece el paseo, ya que está algo alejado del centro, es el MAS. Es una estructura muy peculiar, de 60 metros de altura, que contiene objetos que hablan sobre la cultura y la historia de Amberes. Además del museo, se puede visitar de manera gratuita su mirador, desde donde hay otro ángulo del skyline de la ciudad.
Muy cerca del MAS y a una calle del Escalda está la iglesia de San Pablo, de hecho se encuentra directamente entre el Grote Markt y el MAS. Se trata de una joya, y una raraeza, que quizás suele pasar más desapercibida, pero que merece la pena una visita. En pleno barrio de los marineros, su mezcla entre gótico, renacimiento y barroco la hacen especial, y su patio exterior ricamente decorado con esculturas de ángeles y un grutesco que trepa por la fachada, es, sin duda, uno de los tesoros mejor escondidos de Amberes. También muy cerca, pero en la orilla, está el Castillo Steen, el edificio en pie más antiguo que ver en Amberes.
Más allá del MAS, y a un buen paseo por el puerto, está el edificio de la Autoridad Portuaria. Aunque queda lejos del centro, y prácticamente de todo lo que ver en Amberes, es una parada obligatoria para los amantes de la arquitectura. Diseñado por Zaha Hadid, es una de las últimas joyas de la ciudad, que combina lo más contemporáneo con la base de un edificio barroco. El edificio, que recuerda en parte a un barco y a un diamante, dos de los símbolos de prosperidad de Amberes, se ha convertido ya en una de las señas identitarias del skyline de la ciudad.
Amberes es una ciudad moderna pero antigua. Conserva la línea de las casas flamencas hasta en las construcciones más recientes, y se puede ver un claro patrón desde las casas más lujosas y antiguas de la plaza del mercado hasta los barrios de estudiantes. Es la seña de una ciudad que ha sabido aprovechar sus fortalezas y mantener, gracias a ello, su espíritu. Y es, sin duda, un lugar que merece la pena visitar.
Los mejores hoteles de Amberes
Amberes no es una ciudad demasiado barata. Se mueve mucho dinero, atrae turismo y está cerca de otros muchos lugares interesantes, por consiguiente, no es uno de esos destinos baratos. Pero ni mucho menos es cara y ofrece opciones para todos los bolsillos. Te recomendamos opciones para pasar varios días en la ciudad del Escalda.
- A poco más de un kilómetro del centro están los apartamentos Ambassador Suites Antwerp. Con una de las mejores relaciones calidad-precio que se pueden encontrar en Amberes, es una opción a tener en cuenta y que tiene buenas críticas de los usuarios.
- El Leopold Hotel Antwerp está a pocos minutos del barrio de los diamantes. Cuenta con cuatro estrellas, un precio más que razonable y muy buenas reseñas de los viajeros.
- Si buscas viajar en grupo, este apartamento está muy cerca del centro y cuenta con todas las comodidades para pasar a tu aire varios días en la ciudad. El precio es elevado para una o pocas personas, pero cobra todo el sentido cuando hablamos de un grupo medianamente grande.
- Visitar Amberes es, en buena medida, ir a ver a Rubens. El Hotel Rubens-Grote Markt no está exactamente en la Plaza Mayor pero lo separa una calle. Es un cuatro estrellas con unas valoraciones fantásticas y un precio elevado pero no desorbitado. Sin duda, una opción a tener en cuenta.
- El TripInn Eden Antwerp cuenta con un precio fantástico a menos de 500 metros de la estación Amberes Central. Es prácticamente como estar en el centro, el ambiente es confortable y está recomendado por una gran cantidad de viajeros.
Qué ver cerca de Amberes
Si eres de los que visitan ciudades y sus alrededores, Amberes tiene una buena cantidad de opciones muy cerca. Además, te puedes beneficiar de la buena red ferroviaria belga, que te deja a poco más de una hora de todos los destinos que te vamos a recomendar.
- Bruselas es, quizás, la opción más obvia y, aunque lo más probable es que visites Amberes desde la capital belga, no es tan raro hacer el camino inverso. Bruselas es un cruce de caminos indispensable y su Grand Place deja sin palabras a viajeros de todo el orbe. A poco más de 45 minutos en tren, es una opción a tener en cuenta. Puedes leer nuestra pequeña guía con lo ensencial aquí.
- Tanto si tu centro de operaciones es Bruselas o Amberes, Lovaina es una ciudad que tienes que visitar. Su hermosa catedral y su impresionante ayuntamiento son sólo la punta del iceberg de esta pequeña y preciosa localidad, que además tiene una de las universidades más prestigiosas de Europa. Muy cerca de Bruselas, también está a poco más de 45 minutos en tren.
- Gante es otra parada obligatoria en Bélgica. Lugar de nacimiento de Carlos V, algunos viajeros no se deciden entre Brujas o esta bellísima ciudad. También está bañada por un Escalda mucho más estrecho, y por otros tantos ríos, tantos que da la sensación de que está repleta de canales. A tan sólo una hora en tren de Amberes, merece la pena pensar en alargar el viaje un día más con tal de ver esta joya belga.
- Otra opción que no queda demasiado lejos y que es un clásico de Bélgica es Brujas. Muchos la consideran como una ciudad de cuento y la verdad es que tiene infinidad de postales preciosas. Surcada por varios canales y repleta de casas hanseáticas, Brujas es uno de esos destinos que merece la pena visitar, y está a tan solo hora y media en tren de Amberes.