La ciudad eterna está repleta de iglesias, plazas, antiguos edificios romanos, ruinas y todo tipo de rincones llenos de magia, arte e historia. Pero la inmensidad de Roma, y precisamente la enorme cantidad de lugares que visitar hacen que prioricemos sobre algunos de ellos, y casi todo el mundo va a los mismos sitios. Os dejamos unas notas rápidas sobre 5 lugares de Roma que merece la pena visitar aunque no vengan en las guías o estén un poco apartados.
En este corto viaje que os proponemos conocer lugares en los que nos podremos sentar y contemplarlos escuchando tan solo el leve murmullo de una urbe lejana, tendremos que subir a algunos de los montes de Roma para podes descubrir conventos, museos que pasan desapercibidos o iglesias que parecen continuar extramuros, ¿te lo vas a perder?
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San Pablo Extramuros
No es el templo más desconocido de Roma, pero al estar apartado del centro y necesitar un par de viajes en metro hacen que el turista no preste mucha atención a esta magnífica basílica. Está dentro de las 5 iglesias más antiguas de Roma, y supuestamente San Pablo está enterrado bajo sus losas.
Es una maravilla que no debes perderte, y la escasez de turistas que encontrarás hará que la basílica te contagie con su inmensa tranquilidad.
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San Pietro in Montorio
De nuevo, este convento es conocido por todos, pero su localización tampoco queda muy a mano del centro de Roma o la zona más concurrida del Trastévere.
No muy lejos de Santa María del Trastévere encontraremos la Vía Garibaldi, que nos llevará de forma sinuosa a las puertas del convento de franciscanos españoles de San Pedro, que cuenta con unas vistas magníficas, la Academia Española de Historia Arqueológica y Bellas Artes y el templete de Bramante en uno de sus claustros.
Merece la pena subir una cuesta.
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La plaza de los caballeros de Malta
Aquí tenemos otro rincón algo escondido, esta vez entre los apacibles barrios del Aventino.
Su lugar es totalmente estratégico para cualquier amante de las vistas. En esta plaza que recuerda a la Orden de Malta, y en la que aparentemente no hay nada, existe un portón cuya cerradura nos guarda el famoso secreto de Roma. La llave la llevamos con nosotros, nuestros ojos.
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Museo ebraico de Roma
A veces tantas iglesias barrocas pueden acabar cansándonos. Si buscas algo diferente, el Tíber no sólo acompaña a uno de los mejores castillos que existen, sino que también tiene uno de los edificios más singulares de Roma, un museo hebraico que guarda el legado de la comunidad judía residente en Roma e incluso sinagogas de sus lugares de origen.
Si quieres algo diferente no te lo puedes perder.
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Stadio dei Marmi
Cuando el ajetreo del centro de Roma nos agobie hay pocas cosas mejores que un paseo por el Tíber y una visita a uno de los sitios menos concurridos por los turistas, el Estadio Olímpico.
No, no es una visita deportiva, sino un pequeño recorrido por la historia del fascismo italiano en el que veremos relieves, obeliscos y un curioso estadio de atletismo repleto de estatuas y construido en mármol. A pesar de su pasado la vista es agradable.