Noviembre comienza para los católicos con un peregrinaje que lleva a los cementerios del mundo ofrendas de aromas y colores contra el olvido. Plantas y flores se usaron en la antigüedad clásica para atraer la protección divina. La flora mitológica ofrecía laureles a Apolo, a Ceres espigas, mirtos a Afrodita y viñas a Dionisios. Hoy los ramos de siemprevivas (esperanza en la vida eterna), de crisantemos (los colores de noviembre), de lirios (azucenas de pureza), de violetas (el sutil color del luto), o de rosas (símbolo del amor aceptando el dolor de sus espinas), son entre los ocres del otoño las ofrendas a los afectos que esperan en los brazos de Morfeo, el dios alado cuya misión era crear sueños para aquellos que dormían. ¿Seguirá Morfeo creando sueños después del sueño de la vida?
Según Ovidio, Morfeo duerme en una cama de ébano en una cueva sutilmente iluminada, rodeado de flores de adormidera. Como el dios de los sueños, centenares de miles de almas duermen en multitud de cementerios del mundo, bajo ritos distintos, según sus religiones, su cultura, o su entorno.
Los hay inmensos, pequeños y sencillos, monumentales, inquietantes, serenos, con vistas al mar o la montaña, pero todos tienen algo en común; son un intento de preservar la memoria de sus huéspedes. Mauricio Wiesenthal, comienza así su delicioso Libro de réquiems: En el cementerio protestante de Capri hay una sepultura con un reloj de sol y una cita de Mazzini, escrita en inglés: THERE IS NO DEATH IN THIS WORLD, ONLY FORGETFULNESS (no existe la muerte, sino solo el olvido).
Hoy vamos a recorrer algunos de estos lugares de sueños, silencios y memorias, que son también un consuelo, una ayuda, como estos libros, para superar el adiós definitivo.
Cementerio del Bosque. Estocolmo
Los arquitectos suecos Asplund y Lewerentz diseñaron en 1915 este gran cementerio de Estocolmo adaptado a la naturaleza de un bosque casi inalterado, construyendo varias capillas y un crematorio en un claro del mismo.
Hay dos áreas llamadas Bosque del recuerdo, donde se entierra de forma anónima y a su alrededor se pueden dejar flores y encender velas. En la Colina de la Meditación, al fondo de la cruz que vemos en la imagen, se yerguen doce olmos como los doce meses del año, doce árboles de hoja caduca que duermen en otoño para renacer cada primavera. En este cementerio se respira serenidad, es sin lugar a dudas uno de los lugares más especiales de Europa.
En un rincón de este bosque, siempre rodeada de flores está la sencilla tumba de Greta Garbo.
Cementerio de Highgate. Londres
Una auténtica ciudad de los muertos (unas 200.000 personas descansan allí). Construido a partir de 1839, es una joya arquitectónica funeraria de época victoriana incluida en la lista de los los siete magníficos, siete espectaculares cementerios londinenses.
Años de abandono permitieron que la naturaleza ocupara el lugar arrebatado por tumbas y mausoleos, para ofrecer hoy un espectáculo ciertamente hermoso, pero frío y espectral. Entre sus miles de huéspedes se encuentran Karl Marx, George Eliot, y los padres y hermanos de Charles Dickens (él está enterrado en la abadía de Westminster), y el famoso boxeador Tom Sayers, cuya tumba vemos en la imagen con su fiel amigo León.
Con un largo historial de leyendas de terror, entre sus muros se han llegado a organizar cacerías de vampiros, exorcismos y ceremonias mágicas. La profanación de tumbas fue algo habitual durante mucho tiempo. Se organizan visitas guiadas recomendables para no perderse.
Cementerio de los Reyes. Ginebra
Como un gran parque cuidadísimo podríamos definir el cementerio de Plain Palais, conocido también como Cementerio de los Reyes. No hay en él el más mínimo asomo de amargura. Sus frondosos árboles invitan al paseo o a la lectura, o simplemente a pensar.
Estamos aquí para rendirle un humilde homenaje al grandísimo Jorge Luis Borges que comparó la muerte con el mar: La muerte, ese otro mar, esa otra flecha. Que nos libra del sol y de la luna. Y del amor. Su sencilla tumba es vecina de la de una mujer extraordinaria: Griselidis Real, escritora, pintora y prostituta, de profesión peripatética, muerta en Ginebra en 2005. Muy cerca de ambos se encuentra la sobria tumba de Juan Calvino, austero reformador de la ciudad de Ginebra.
Green-Wood Brooklyn. New York
Este precioso parque es un cementerio ¿o habría que decirlo al revés? Como sea es un lugar que los neoyorquinos utilizan en ambos sentidos. Fue fundado en 1838 en estilo neogótico. Inspirado en los parques ingleses, fue a su vez inspiración del Central Park. En su parte más alta está el Battle Hill, donde el ejército independentista venció a los británicos en la batalla de Long Island. Desde aquí las vistas hacia New York son magníficas. Es uno de los hitos turísticos de la ciudad, recibiendo casi tantas visitas como las cataratas del Niágara.
Entre sus caminos, colinas y árboles centenarios, crecen esculturas, mausoleos y sencillas lápidas en memoria de un gran número de personajes notables. Entre las más 600.000 tumbas encontramos nombres como el del gángster Joe Gallo; Jean-Michel Basquiat (revolucionario pintor de los años 80); el inventor del famoso código Samuel Morse; el músico Leonard Bernstein; o Louis Comfort Tiffany , innovador creativo del mundo de los vitrales.
Isola de San Michele. Venezia
Un monumento a Dante y Virgilio del artista Georgy Frangulyan, situado en la Laguna, entre Venecia y San Michele, marca el camino al cementerio y nos acerca al canto III de la Divina Comedia:
Por mí se va a la ciudad doliente/por mí se va en el eterno dolor/por mí se va con la perdida gente/ …antes de mí ninguna cosa fue creada/sólo las eternas, y yo eternamente duro:/¡Perded toda esperanza los que entráis!
Esta es la única isla del mundo dedicada por entero a la muerte. Tiene zonas para ortodoxos, católicos, evangélicos, y protestantes (zona muy abandonada pero evocadora y decadente). Hay otras curiosas como las de los gondoleros, monjas, sacerdotes o militares. En San Michele descansan entre otros Igor Stravinsky y el creador de los Ballets Rusos Sergei Diaghilev, los poetas Ezra Pound y Joseph Brodsky y el futbolista Helenio Herrera.
Antes el último viaje se hacía en góndolas fúnebres muy decoradas llamadas barca dei morti, ahora se usan lanchas.
Monte de Los Olivos. Jerusalén
Este es el lugar donde los judíos han deseado ser enterrados desde la antigüedad. En el Monte de los Olivos, según la Biblia (Zacarías, 14:4), comenzará la resurrección cuando llegue el Mesías. Las tumbas más antiguas están al pie de la montaña, en el Valle de Cidrón. Son las de Absalón, hijo de David, Zacarías, y una tercera cuya inscripción menciona a los hijos de Hezir, familia de sacerdotes que vivió hace 2000 años. Con el tiempo, ha ido creciendo hasta extenderse por toda la ladera occidental y por la cara sur de este monte.
Las vistas desde el Monte de los Olivos sobre la ciudad de Jerusalén, son extraordinarias. La mirada se pierde evocando la profecía y los Salmos entre los valles de Hinnom y Cedrón, la Puerta Dorada del Monte Moriah, el Monte del Templo, el Monte Sión o la Ciudad de David.
Cementerio del Viejo San Juan. Puerto Rico
Simbólicamente situado de cara al Atlántico, «el viaje al más allá», y junto a las murallas del Fuerte San Felipe del Morro, este cementerio está considerado como uno de los más bellos del mundo. El eco del templete de San Pietro in Montorio de Roma se deja ver en su capilla neoclásica. Entre otras personalidades del mundo de la política y el arte descansa aquí desde 1951, el poeta madrileño de la Generación del 27, Pedro Salinas, muerto en el exilio tras la guerra del 36. Su emblemática obra La voz a ti debida, toma el título de un verso de Garcilaso de la Vega:
Y aun no se me figura que me toca/aqueste oficio solamente en vida/mas, con la lengua muerta y fría en la boca/pienso mover la voz a ti debida (Égloga III, verso 12).
Cementerio Lychakiv.Lviv. Ucrania
Nacido en 1786 el tiempo lo ha convertido en un lugar misterioso, pintoresco y único. Situado a los pies de una colina, la naturaleza ha seguido su rumbo envolviendo tumbas y monumentos.
Hasta que en 1975 fue declarado Monumento Histórico eran habituales allí las profanaciones de tumbas. Hay multitud de leyendas surgidas entre sus rincones, rituales de magia y superticiones como la relacionada con el obispo Mykola Charnetski, ante cuya tumba se congregan los estudiantes en época de exámenes para conseguir un poco de suerte.
Al pintor polaco Artur Grottger y su amada Wanda Monne, se les puede ver pasear por estos parajes en las noches de luna llena. El murió en París, pero su ardiente deseo de descansar en Lviv lo cumplió aquella chiquilla de 17 años haciendo auténticos esfuerzos económicos.
Está abierto al público, pero dado su tamaño es aconsejable apuntarse a un grupo de visitas guiadas.
Cementerio de Montparnasse. París
El Monte del Parnaso, morada mitológica de Apolo y las Musas, es considerado la patria simbólica de los poetas. Este cementerio debe su nombre a que en él descansan un buen número de intelectuales y atistas, extranjeros y franceses. Entre ellos la escritora neoyorquina Susan Sontag’s; Jean Seberg, musa de la Nouvelle Vague francesa; Tristan Tzara, poeta y padre del dadaísmo; el nóbel de literatura Samuel Beckett; Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, filósofos franceses; Julio Cortázar, que sigue llamándonos a jugar con Rayuela; César Vallejo, poeta peruano; el escritor mexicano Carlos Fuentes, o Charles Baudelaire cuyo consejo ante la tiranía del tiempo nos viene a la memoria:
Hay que estar siempre borracho.Todo consiste en esto: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua./ Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud; de lo que queráis. Pero embriagaos.
Cementerio Monumental de Staglieno. Génova
El cementerio de Staglieno custodia desde hace más de ciento cincuenta años majestuosos conjuntos escultóricos de mármol y bronce, crecen entre la vegetación y forman una antología de los estilos artísticos de los siglos XIX y XX; neoclasicismo, realismo, simbolismo o art decó, creando uno de los cementerios más bellos del mundo. Numerosas personalidades descansan aquí; Constance Lloyd, la esposa de Oscar Wilde, el primer ministro italiano Ferruccio Parri, o Giuseppe Mazzini, a quien citábamos al principio. Hay zonas destinadas a distintas confesiones. A la zona católica hay que sumar, un cementerio inglés, un protestante, uno judío y otro evangelista.
En el núcleo central una escalinata conduce hacia una copia del Panteón de Agripa de Roma. El realismo de algunas de sus esculturas, en muchos casos retratos de los difuntos, es conmovedor.
Cementerio central de Viena
Más de tres millones de almas duermen en este extenso cementerio, el segundo más grande de Europa tras el de Hamburgo. Dividido en zonas distintas dedicadas a varias religiones. Sobrecoge especialmente el Viejo Cementerio Judío (en la imagen), Hay una zona de sepultura islámica, una ortodoxa y está el llamado Parque de la quietud, en honor a los budistas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se utilizó como huerta. Desde la puerta principal una avenida nos lleva a la Iglesia del Dr. Karl Lueger, levantada en su honor por su memorable alcaldía de Viena desde 1895 a 1910, año de su muerte. Obra de Max Hegele, es considerada una de las más representativas del modernismo vienés.
Hay una sección destinada a los músicos, allí están las tumbas de Ludwig van Beethoven, Franz Schubert, Arnold Schonberg, Carl Czerny, Antonio Salieri o Theodor Leschetizky, Johannes Brahms y los Strauss. De Mozart sólo hay un monumento, pues su tumba está en el cementerio de San Marx.
Osario de San Bernardino. Milán
En los antiguos terrenos de esta iglesia de Milán, muy cercana a la espléndida catedral, hubo allá por el siglo XII un cementerio. Por falta de espacio se fueron albergando los huesos antiguos en una cámara u Osario. Pero tras un derrumbe en 1642, hubo que restaurar la iglesia y Giovanni Andrea Biffi aprovechó los restos para decorar los muros de la Capilla de las Ánimas. Los frescos de Sebastiano Ricci, de 1695, que representa el triunfo del alma, completan la «especialísima» decoración.
No es el único ejemplo en el mundo donde se han utilizado restos humanos para decorar capillas. En Portugal hay dos: en Évora y en Faro; en Austria el Osario de Eggenburg; hay uno bajo las catacumbas de París; en Austria en el Hallstatt Beinhaus en Hallstatt, donde los cráneos aparecen decorados. La lista es más larga y une el sentido práctico con el religioso, pero no todas las sensibilidades lo disfrutan.
Cementerio de Greyfriars. Escocia
Este cementerio es uno de los lugares mas tenebrosos de la tierra. Claro que si estamos en Edimburgo y hemos visitado su castillo, ya poco nos va a asustar. Fue durante el siglo XVII una cárcel política donde un tal George Mackenzie, conocido como Bloody (el sangriento), se despachó a gusto en la sala de torturas. Este Bloody está enterrado aquí, y dicen que algunos visitantes que acceden a la Ciudad de los muertos por la Cárcel de los Covenantersen, donde torturaba Bloody, sufren moretones y cortes, y muchos cuentan que han sentido sensaciones extrañas. Otro hecho constatable es que ha habido un buen número de muertes en el mismo cementerio.
Pero no debe ser para tanto porque en la parte trasera, lindante con sus muros siguen funcionando la escuela George Heriot, y el pub Bobby Greyfriars, que lleva el nombre del perro más famoso de la ciudad, recordado porque vivió aquí, junto a la tumba de su dueño durante los catorce años que le sobrevivió.
Cementerio Sayalonga. Málaga
Sayalonga es un pequeño municipio de la Axarquía de Málaga, cuyo nombre tiene su origen en la Prehistoria. La arquitectura de su cementerio de forma octogonal, único en España, construido hacia 1840, genera todo tipo de especulaciones. Hay una la leyenda que cuenta que su forma obedece a la idea de que los difuntos no se dieran la espalda (las tumbas centrales son posteriores).
Investigaciones recientes relacionan la curiosa forma con el mundo de la masonería, teoría que se ve apoyada por la importante cantidad de símbolos masones que presentan muchas tumbas: columnas, triángulos, pirámides truncadas, el triple escalón, o el sol. En el interior del cementerio hay un centro de interpretación y las visitas son gratuitas.
Cementerio Okunoin.Japón
En Wakayama, al sur de Osaka se encuentra el cementerio más grande del país. Conocido como Okunoin, está en el monte Koya a más de 800 metros de altitud. Su historia arranca alrededor del año 800 por iniciativa del monje Kukai que eligió este monte como centro del budismo shingon, una de las principales escuelas budistas de Japón. Según la leyenda, Kukai alcanzó el Nirvana y sigue meditando en el monte Koya.
A lo largo de los siglos, este lugar se ha convertido en un cementerio muy popular, objeto de deseo para terminar aquí meditando con Kukai.
Muy diferente en su aspecto a los cementerios occidentales, es transitado no sólo como visita a los fallecidos si no como lugar de búsqueda de espiritualidad en sus 120 templos, o de conocimiento sobre esta cultura religiosa en la Universidad de Estudios Religiosos que está dentro del cementerio.