En el oriente andaluz se extiende la provincia de Almería, casi nueve mil kilómetros en los que se suceden todos los contrastes posibles. Hemos elegido diez pueblos de Almería para acercarnos a la rotunda belleza de una naturaleza que ofrece en el mar y la montaña contrastes que van de la abrumadora hermosura de los desiertos, al fértil verdor de sus colinas y al límpido azul de sus playas.
Esta provincia guarda ancestrales testimonios de la lejana presencia del ser humano en la vieja Europa; La cultura del Argar, el Yacimiento Arqueológico de Los Millares, el mítico símbolo almeriense del Indalo que surgió en el abrigo de la Cueva de los Letreros, y muchos otros yacimientos arqueológicos esparcidos por sus tierras. A lo que se suman las huellas del Mundo islámico, el Mudéjar, el Gótico, el Renacimiento, el Barroco o el Neoclásico. Llegando hasta el siglo XXI convertida en un atractivo reclamo turístico que va mucho más allá del sonoro sol y playa, porque ofrece un turismo cultural de enorme importancia.
Su rosario de pueblos costeros, bellos refugios llenos de autenticidad donde huir de las aglomeraciones de otras zonas. Pueblos serranos o marineros, grandes o pequeños, llenos de historia y de verdad. Almería es un espectáculo despojado de artificio, como sus gentes y su gastronomía. En ella nos adentramos a través de estas diez perlas.
Serón, los sabores ibéricos más famosos de los pueblos de Almería
Serón forma parte de la Sierra de los Filabres, continuación del Parque Natural de la Sierra de Baza, en la provincia de Granada. Este precioso municipio serrano es conocido por sus excelentes jamones y embutidos. Una producción que mantiene la tradición artesanal, lo que propicia una calidad que le ha dado su justa fama.
Su pintoresco paisaje coronado por la iglesia Mudéjar de Santa María de portadas barrocas, lo conforman las calles sinuosas y estrechas formadas por casas encaladas que se derraman por la ladera. Recorriéndolas hacia arriba nos llevan hasta el castillo nazarí que corona su estructura piramidal y que ofrece unas espléndidas vistas de su privilegiado entorno.
Interesante resulta la visita al poblado minero de Las Menas. Sus yacimientos ferrosos fueron durante el siglo XX los más productivos de la provincia. No menos importante es el entorno natural de esta localidad, salpicado por rincones de gran interés paisajístico envueltos por su fresco verdor, que procuran la práctica del senderismo o la bicicleta de montaña.
Bentarique, un hermoso lugar de tesoros y leyendas
A unos treinta kilómetros de Almería capital, donde comienza La Alpujarra, se encuentra este precioso pueblo de sabor andalusí. Sus casas encaladas forman un blanco caserío de estrechas y empinadas calles. Rodeado por fértiles huertas y campos de naranjos que perfuman su aire en primavera con el aroma del azahar, Bentarique es un buen lugar para el turismo rural.
La tierra le devolvió a Bentarique un conjunto de valiosas joyas de factura musulmana, que aparecieron dentro de una vasija de cerámica, escondidas muy probablemente ante la llegada de las tropas cristianas en el siglo XV. Conocido como el Tesoro de Bentarique está expuesto en el Museo Arqueológico de Madrid.
Tiene más tesoros Bentarique que se disfrutan in situ: además de su bellísimo caserío, su alegre ambiente ligado a un tempo que se aleja del estrés, sus testimonios arquitectónicos de épocas prósperas como la de Al-Ándalus o la que vivió en el siglo XIX gracias a la uva de Ohanes que configuró su neoclásica plaza de San José, o el paraje natural de La Posnilla.
Las aguas termales de La Posnilla, utilizadas como termas en época romana, le deben su impronta a los árabes y son hoy un atractivo lugar de esparcimiento en este vergel que crece en el desierto, con un horizonte dibujado por las montañas de la sierra.
Carboneras, playas vírgenes de los pueblos de Almería
Gran parte de su territorio pertenece al Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. A orillas del Mediterráneo esta localidad de tradición pesquera disfruta de más de catorce kilómetros de idílicas playas. A algo más de sesenta kilómetros de Almería, esperan las playas urbanas de El Ancón, Los Barquicos y Los Cocones, desde las que se divisa la Isla de San Andrés, una pequeña isla rocosa cuyo perfil recuerda una ballena, declarada Monumento Natural, que es accesible desde los puertos de Carboneras y Agua Amarga.
Carboneras es uno de los pueblos de Almería en los que disfrutar de playas vírgenes, como la playa del Corral o la playa del Algarrobico, que formó parte del escenario de la película «Lawrence de Arabia», o la impresionante playa de los Muertos que debe su nombre a la antigua costumbre de esperar que el Mediterráneo devolviera los cuerpos de pescadores y náufragos perdidos en el mar.
Las Fiestas de Moros y Cristianos y las hogueras de San Juan llenan de alegría el mes de junio en Carboneras, que ofrece durante muchos meses al año la posibilidad de practicar vela y submarinismo en sus ricos fondos marinos.
Carboneras conserva varias fortificaciones defensivas como la Torre del Rayo, el Castillo de San Andrés y la Torre de la Mesa de Roldán desde donde se disfruta de una vista impagable de toda esta costa.
Cuevas de Almanzora, del Argar al siglo XXI
Es uno de los pueblos de Almería más antiguos. Lo atestiguan los numerosos yacimientos arqueológicos que hay en su término municipal como los de Fuente Álamo, El Oficio o Las Herrerías de la cultura argárica; las dos cuevas de La Zaja, de los periodos Musteriense y Paleolítico Superior; el Yacimiento fenicio de Baria, hoy Villaricos, habitado sucesivamente por fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes. Estos últimos crearon las casas-cuevas de El Calguerín que le dieron nombre al municipio.
Con la conquista de los Reyes Católicos el lugar pasó a manos del Marques de Vélez que construyó el castillo que es hoy un símbolo en Cuevas de ALmanzora. De visita imprescindible, este castillo del siglo XVI, ofrece en sus «estancias» el Museo de Arte Contemporáneo y el Arqueológico.
El turismo y la agricultura de regadío y bajo plástico sustituyó en el siglo XX a la floreciente actividad minera que le dio prosperidad durante el siglo XIX, de la que quedan edificios muy interesantes. Como lo son también iglesias y conventos que recogen arte y arquitectura de varios siglos. El Museo del poeta Álvarez de Sotomayor, hijo de Cuevas, o la Cueva-museo, son otros interesantes atractivos de este bellísimo rincón almeriense.
Además están las playas en las que encontrar calas inolvidables, de aguas transparentes donde practicar el submarinismo, como la Cala de Cristal, la Invencible, la de Dolores o la Cala Panizo. La recóndita cala del Peñón Cortado, a la que su difícil acceso convierte en un lugar solitario, lo que unido a la belleza de su paisaje bien merece la pena el esfuerzo de llegar.
Mojácar, uno de los pueblos más bonitos de España
El caserío blanco que forma laberínticos caminos adornados con flores de fuertes colores, dibuja el urbanismo de esta belleza que mira al Mediterráneo desde la última estribación de Sierra de Cabrera. Forma parte de la red de Los pueblos más bonitos de España.
Mojácar es un hermoso pueblo andaluz situado en un privilegiado entorno natural. Dueño de diecisiete kilómetros de playas vírgenes con una variedad que va de calas solitarias a playas turísticas. Rodeado de las profundas ramblas de Sierra de Cabrera que propicia senderos de bellos paisajes.
La Murgis-Akra griega, habitada desde la Edad del Bronce, fue frecuentada por fenicios, cartagineses y romanos. Convertida en la Muxacra árabe para pasar a ser la Mojácar cristiana. Vivió sangrientas batallas en el siglo XV entre árabes y cristianos en cuyo recuerdo Mojácar celebra cada mes de junio un importante fiesta de Moros y Cristianos
Si se elige como lugar de vacaciones, es un seguro de calidad de vida y experiencias inolvidables, pero si está cerca, ésta es una visita ineludible.
Níjar una joya del Mediterráneo
Su término municipal es de los mas grandes de España, conocido como Comarca de Níjar, es uno de los pueblos de Almería con mayor número de habitantes. En la comarca de Níjar se encuentra el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Un parque de origen volcánico, un espacio protegido marítimo-terrestre cuya superficie y relevancia ecológica es la más importante de todo el Mar Mediterráneo Occidental de Europa. En 1999 la Unesco le concedió la denominación de Geoparque. La belleza de su costa y su riqueza ecológica lo convierten en una joya para el turismo de naturaleza.
Hay pruebas de la presencia del ser humano en estas tierras desde el periodo mesolítico. Huellas de la cultura de los Millares y del Argar se encuentran repartidas por el territorio de Níjar compuesto por las siguientes localidades: San José, Pozo de los Frailes, Los Escullos, Rodalquilar, Las Hortichuelas, Las Negras, Agua Amarga, La Isleta del Moro, Fernán Pérez y la Boca de los Frailes, todas forman parte del Parque de Cabo de Gata-Níjar.
Tierra inspiradora de obras como Bodas de Sangre que Federico García Lorca situó en el Cortijo del Fraile; Puñal de Claveles, que convirtió Rodalquilar en un hermoso espacio literario a través de la pluma de Carmen de Burgos; o el viaje descorazonador Campos de Níjar, que escribió desde el alma Juan Goytisolo.
Con escenarios de cine como la Playa de Monsul (foto de portada), la de los Genoveses, los Albaricoques, Rodalquilar, etc, donde se han rodado escenas de películas internacionales como Indiana Jones y la última cruzada, El bueno, el feo y el malo, La muerte tenía un precio, o Exodus: Dioses y reyes. Y cintas españolas como El Niño, Hable con ella, o Vivir es fácil con los ojos cerrados, entre otras muchas.
«The New York Times» publicó en 2010 un reportaje, en que hablaba de las playas del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar como el paraíso de Europa. No exageraba nada el diario neoyorquino.
Tabernas, un desierto famoso en los pueblos de Almería
A veintinueve kilómetros de Almería capital, entre las Sierras de los Filabres y Alhamilla, se encuentra Tabernas, enmarcada en un paisaje sobrecogedor. Este paraje formado por cárcavas que recorren auténticos wadis, ríos torrenciales en los desiertos que arrastran con el agua, barro, y piedras, es la única zona desértica de Europa.
El espectacular paisaje del Desierto de Tabernas es desolador pero está lleno de vida. La riqueza de su aviafauna le valió la declaración de Zona de Especial Protección para las Aves. Habitado ademas por reptiles y mamíferos, cuenta con una vegetación similar a la de los desiertos norteafricanos, y tiene especies botánicas únicas en el mundo.
Esta zona desértica ha sido un punto neurálgico de la industria del cine europeo durante dos décadas del siglo pasado, cuando se rodaban aquí los famosos spaghetti westerns. Hoy convertidos los antiguos estudios en el poblado del Oeste Fort Bravo (Texas Hollywood), son un auténtico reclamo turístico.
Ohanes, La Alpujarra de Almería
Ohanes forma parte de la Alpujarra de Almería. Habitada desde el Neolítico, la Cultura del Argar en la Edad del bronce dejó aquí sus huellas, como lo hicieron también iberos, fenicios y cartagineses. Fueron los yemeníes los primeros árabes en habitarla, pasando por el califato de Abderramán III y el Reino Nazarí hasta la llegada de Los Reyes Católicos en 1492.
En Ohanes nació la uva que lleva su nombre, que se cultiva en muchos pueblos almerienses y que tanta prosperidad dio a Ohanes en el siglo XIX cuando se exportaba a Europa y a EE.UU.
El caserío de Ohanes lo forman callejuelas encaladas que dibujan laberínticos caminos fruto de su pasado árabe. Situado a casi mil metros de altitud en las estribaciones de la falda sur de Sierra Nevada, Ohanes es un magnífico lugar para los amantes del senderismo.
Uno de los senderos, el PR-A 248, que se puede recorrer a pie o en bicicleta de montaña, lleva a parajes tan singulares como las terrazas moriscas que desde el siglo XIX se dedican al cultivo de la uva de Ohanes, a molinos y acequias de origen árabe para llegar a la cumbre del Peñón de la Polarda, a más de dos mil metros, donde esperan vistas panorámicas de Sierra Nevada y de los valles del Andarax y Fiñana-Abrucena.
El Ejido, en el corazón de un «mar de plástico»
Desde el Poniente Almeriense mira al Mediterráneo El Ejido, nombre que deriva de la romana Exitu «salida». Y una salida hacia el bienestar económico de este lugar desértico, ha sido la agricultura intensiva conseguida gracias a los invernaderos que rodean la población, y al riego con goteo inventado en Israel. La explotación de estos invernaderos ha generado una rica industria auxiliar que comercializa los productos hortícolas a nivel nacional e internacional.
La cultura del cultivo bajo plástico es hoy una realidad de la que se sienten orgullosos, con razón, en esta población que ha visto crecer empresas como Clisol Turismo Agrícola, que tras el empuje de una entusiasta y admirable mujer, Lola Gómez (Medalla de oro de Andalucía en 2013) ponen en su justo sitio una manera de producir tan sana y valiosa como las más antiguas. Si estás cerca te recomendamos una visita guiada por los invernaderos de Clisol.
En su franja costera tiene El Ejido otro de los pilares de su pujante economía. Su Festival de Teatro que cuenta con más de cuarenta años de historia, se celebra entre los meses de mayo y junio, está catalogado como Fiesta de Interés Turístico por la Junta de Andalucía.
Vélez Blanco, en el origen del Indalo
Este precioso pueblo de la comarca de los Vélez cuyo urbanismo es un Conjunto Histórico de altísimo nivel patrimonial, está coronado por un castillo del siglo XVI vinculado al linaje murciano de los Fajardo. El castillo construido sobre una importante alcazaba islámica, conjuga la misión defensiva con la palaciega y es un bello ejemplo de la arquitectura renacentista.
El patio de honor, una obra maestra del primer renacimiento español, junto con el del Castillo de la Calahorra en la provincia de Granada, se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York, después de todo un viaje que comenzó con su venta por el XVI marqués de los Vélez, Joaquín Álvarez de Toledo y Caro a un anticuario francés. Parte de los relieves del friso de este patio aparecieron en 1996 en el Museo de Artes Decorativas de París.
Pero en el importante mosaico de grupos humanos que han pasado por este lugar hay que mirar a la Prehistoria, de la que guarda Vélez Blanco nada menos que ocho abrigos prehistóricos que pertenecen al Patrimonio de la Humanidad dentro del Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.
Entre ellos el Abrigo del Maimon esconde la Cueva de los Letreros, declarada Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad. En esta cueva hay una figura que se ha convertido en el símbolo de la provincia de Almería, EL Indalo, imagen unida a la suerte y la prosperidad en el imaginario colectivo.