En cualquier sitio que estés de Escocia, no estarás lejos de un castillo o de una ruina impresionante que te asombrará y emocionará con alguna historia de vidas y amores de otros tiempos. Recorremos diez castillos de Escocia rodeados de impresonantes paisajes verdes. Su naturaleza exuberante, la amabilidad de su gente, tan hospitalaria y afable, y todo lo que este país te ofrece para disfrutar, harán que te olvides hasta de su insitente lluvia mientras practicas un más que interesante turismo cultural.
El pais de las gaitas y el whisky, los plácidos lagos, el golf y las faldas a cuadros -el kilt, a ellos no les hace gracia lo de la falda-, guarda entre sus nieblas atractivos suficientes para proponeros un viaje recorriendo algunos de sus castillos. Hay centenares, su convulsa historia los justifica.
El cine nos ha paseado por su suave y verde geografía de la mano de nombres como Sean Connery, Ewan McGregor, o Mel Gibson en su famosa cinta de Bravheart. La pluma de Robert Louis Stevenson, con sus Historias escocesas, o la de Robert Burns, el poeta nacional de Escocia, nos hacen desearla en la distancia.
Innumerables leyendas y relatos populares, nos han llegado pasando de boca en boca, y se han quedado para siempre en la historia de estas tierras. Muchas, vinculadas a su pasado celta que se remonta más allá de 2000 años, cuando las supersticiones y la fantasía creaba grandes héroes y fantásticos relatos que se han convertido en tradición. Los muros de estos diez castillos de Escocia, y sus atractivas ruinas, las atesoran. Os invitamos a disfrutarlos.
Castillo de Kilchurn
Estas espectaculares ruinas las encontramos en Argyll and Bute, situado en el Lago Awe y rodeado de montañas. Un bellísimo entorno que envuelve el romántico estado de sus muros.
La historia real nos dice que fue construido a mediados del siglo XV por Sir Colin Campbell, y que fue abandonado en 1760 después de que un rayo lo destrozara en medio de una violenta tormenta.
Pero la leyenda de La Dama del Lago Awe, esposa de Colin Campbell el Negro, dice que fue ella quien mandó construir el castillo para «entretener» a Niel MacCorquodale; éste pretendía casarse con ella, aprovechando que su marido se marchó a las Cruzadas y no volvía.
La paciente esposa, ordenó a los albañiles que fabricaran muros deficientes para que se desmoronaran al poco tiempo y así prolongar su construcción, requisito que puso para celebrar la boda. Por fín Colin el Negro regresó y evitó la boda de su esposa. Leyenda inspirada en la mitológica Penélope y su esposo Ulises.
Castillo de San Andrés
La belleza que ofrecen los muros exteriores de esta fortaleza, casi al borde del mar, son la imagen más sugerente de lo poco que queda de este castillo construido hacia el año 1200 y que tiene una historia de sangrientas batallas. Durante más de 400 años fue utilizado como defensa de multitud de enfretamientos. De su estructura y configuración original, hoy sólo quedan en pie una serie de muros ruinosos, que no obstante dan idea de la importancia defensiva que tuvo en su tiempo.
Fue utilizado como palacio y como prisión, y en las playas en las que se miran sus muros, naufragó el barco en el que viajaban los restos de San Andrés, que en busca del fin del mundo acabó enterrado en esta ciudad -cuna del golf- y convirtiéndose en el patrón de Escocia. En su bandera luce en blanco sobre azul, la cruz del martirio de este apóstol.
Castillo de Dunnottar, el más inspirador de los Castillos de Escocia
Hogar de algunos fantasmas, es un estratégico baluarte testigo de las Guerras de Independencia del siglo XIV y lugar de inspiración para escritores, pintores y cineastas por su evocador e impresionante enclave junto a los acantilados. Guarda valiosos secretos de la historia de Escocia. Personajes como William Wallace, María I de Escocia, o el Marqués de Montrose, lo habitaron alguna vez.
Está abierto de abril a octubre y aunque se puede llegar en coche, os recomendamos hacerlo a pie desde Stonehaven, un paseo de quince minutos muy recomendable por las vistas espectaculares y porque iréis viendo crecer los muros del castillo a medida que os acerquéis. No importa que llueva, es todo un espectáculo.
Después del paseo, a la vuelta a Stonehaven, os vendrá muy bien recuperar fuerzas en el restaurante Restaurante The Tolbooth, una de las mejores marisquerías de Escocia, si os gusta el pescado, no os vayais de aquí sin probarlo.
Castillo de Urquhart
Aunque sus orígenes se remontan al año 580, la fortaleza se data en el siglo XIII, y fue utilizada hasta su destrucción por los ingleses en el siglo XVII.
En 1913 pasó a manos del Estado y desde 2001 tienen un centro de interpretación que gestiona Historic Scotland.
Queda poco del castillo original, pero merece la pena visitarlo. Las vistas desde las murallas son extraordinarias y desde la terraza de la Gran Torre la sensación es impagable.
La mirada se pierde en las turbias aguas del lago Ness, en la esperanza vana de ver al famoso monstruo. Leyendas a parte, la vista os gustará.
Abierto de abril a diciembre, el centro de interpretación ayuda a hacerse una idea muy completa de la historia de este castillo.
Castillo de Eilean Donan
El acceso a pie al castillo Eilean Donan, envuelto en olor a salitre que su lago absorbe del cercano Océano Atlántico, es un puente de piedra, aunque también se puede llegar en barco. Construido en 1220 sobre las ruinas de una antigua fortaleza de los pictos, para defenderse las incursiones de los vikingos, lo que vemos hoy, es una reconstrucción de la época victoriana.
En 1719 una expedición española ocupó la fortaleza con el objetivo de levantar a los escoceses contra la corona inglesa, estrategia que fracasó ante la respuesta militar inglesa.
Además de una importante atracción turística, éste es un castillo de película. Aprovechando su magnífico entorno, aquí se han rodado cintas como La Trampa, (1966), The Private Life of Sherlock Holmes (1970), Los Inmortales (1986), Lago Ness (1995), Braveheart (1995), El mundo nunca es suficiente (1999) y La Boda de mi novia.(2008)
El Castillo de Edimburgo
El castillo de Edimburgo es un clásico de la mitología escocesa que no podemos dejar de visitar.
Construido sobre un volcán ya extinguido, se sitúa en el extremo de la Royal Mile, una calle muy turística. Aunque ha sido residencia real, su fama procede de su prestigio como alojamiento de fantasmas.
En sus mazmorras murieron centenares de prisioneros que hoy deambulan por los pasillos, uno de ellos descabezado, hasta toca el tambor cuando sabe que van a atacar Edimburgo. Fue también un cementerio de perros y los turistas han llegado a escuchar sus ladridos.
Tanto insisten los fantasmas que en el 2001 un equipo de científicos –encabezados por Richard Wiseman– llevó a cabo una investigación sobre los fenómenos paranormales del castillo con un grupo de voluntarios y todos tuvieron sensaciones extrañas en las mismas salas. Será cuestión de estar atentos en la visita, por si acaso.
Castillo de Stirling
Situado sobre una roca volcánica en lo alto de la ciudad, el Castillo de Stirling ofrece vistas espectaculares a dos de los campos de batalla más históricos de Escocia: el Puente de Stirling y Bannockburn. Stirling fue testigo de la victoria de William Wallace sobre los ingleses en 1297, durante la guerra de independencia de Escocia. En su honor se erigió una torre en la colina de Abbey, en el siglo XIX. Desde la cúpula de esta torre se disfrutan las vistas de los siete campos de batalla alrededor de la ciudad, y se ve la famosa espada del héroe. A los pies de este monumento, una escultura agradece a Mel Gibson, su famosa cinta sobre el héroe.
La historia del castillo está plagada de asesinatos, secuestros y encarcelamientos, y claro tiene también un fantasma, el de Lady Green. Fue criada de la reina María, y la salvó de un incendio en mitad de la noche. Considerada como pájaro de mal agüero, si alguien la presiente, se dice que es anuncio de una desgracia.
Castillo de Glamis
Hogar de la infancia de la Reina Madre, en él nació la princesa Margarita y con ellas han compartido los muros leyendas muy inquietantes.
Sus pasillos están muy animados, por ellos deambula una tal Lady Glamis, que murió en la hoguera por bruja, de vez en cuando se cruza con una anciana que lleva siglos arrastrando un fardo. El Conde Beardie, se pasa las noches blasfemando y pateando en su eterna partida de cartas con el mismísimo diablo, -tiene una condena por blasfemo-. Además, este castillo tiene un horrible secreto: «el horror de Glamis». Un heredero deforme que ocultaron por verguenza y lleva gritando unos cuantos siglos. No es de extrañar con este ambiente que el mismísimo Shakespeare recreara en una de sus salas el asesinato del rey Duncan en la obra Macbeth.
Aún así, merece la pena la visita, de día está tranquilo os lo aseguro, y tanto el entorno como el edificio son espectaculares. Tiene un restaurante muy asequible, y sus dulces harán que olvidéis a los fantasmas
Castillo de Balmoral, el más «Real» de los castillos de Escocia
Es una gran mansión situada en Aberdeenshire, convertida en residencia real en tiempos de la reina Victoria I. Actualmente es la residencia veraniega de Isabel II. La primitiva construcción de 1390, fue demolida en 1856 cuando estuvo terminado el actual edificio.
Cuando en 1848 la reina Victoria entró por primera vez en la casa, la encontró «pequeña pero bonita», y escribió en su diario que: «Todo parecía respirar la libertad y la paz, y para hacer olvidar al mundo y sus tumultos tristes». Victoria y Alberto mostraron aquí también su interés por el arte y la cultura, numerosos pintores estaban empleados en Balmoral, como Edwin Landseer y Charles, Carl Haag, William Wyld, William Henry Fisk, y muchos otros, llegando a establecer una biblioteca de préstamo.
La noticia de la muerte de Diana de Gales el 31 de agosto de 1997 en París, les fue comunicada a sus hijos en este castillo, donde pasaban unos días de vacaciones con su abuela, la reina Isabel.
Castillo de Cawdor, el más romántico de los castillos de Escocia
El Cawdor, pasa por ser el más romántico de los castillos de Escocia, vinculado a la tragedia de Macbet, algo imposible pues esta casa-torreón es del siglo XIV, mucho tiempo después de los hechos que inspiraron a Shakespeare su obra.
La leyenda de su construcción, cuenta que el conde de Cawdor cargó un asno con un cofre lleno de oro y lo dejó caminar a su aire. El asno se paró a descansar debajo de un árbol y allí comenzó a construir el conde su castillo. En mitad de una oscura sala en la planta baja de la torre, hay un acebo que según los estudios que se le han realizado, murió por falta de luz en el 1372. En la mitología el acebo fue uno de los siete árboles sagrados del bosque celta.