En el centro de la preciosa ciudad de Dresde, llamada muchas veces «la Florencia del Elba» (por sus edificios de aire mediterráneo), la Frauenkirche es uno de los mayores atractivos de la ciudad. Algunos visitan la capital de Sajonia, donde también destacan con luz propia el Palacio Zwinger y el Castillo de Pillnitz, expresamente para conocer esta iglesia protestante que se alza, de manera poética, frente a una estatua de Martín Lutero.

La Frauenkirche de Dresde es un edificio precioso tanto por dentro como por fuera. Consigue transmitir una imponente sensación de grandeza, así como delicadeza, claridad, buen gusto y sencillez. Su historia a veces es tan oscura como algunos de los bloques de arenisca que se ven en su fachada, un ejemplo como pocos del resurgir alemán tras la reunificación. Te damos cinco razones para que no te la pierdas si estás en Dresde.

Una historia de tolerancia

Antes de la actual Frauenkirche (iglesia ‘kirche’ de nuestra señora ‘frauen’) hubo un templo en estilo románico desde el siglo XI. Se sabe que, al menos en el XVI, estaba situada extramuros en el actual casco antiguo (la ciudad antigua estaba al otro lado del Elba hasta que en 1685 un incendio barrió la zona) rodeada por un cementerio.

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La antigua iglesia románica extramuros.

Dresde se había convertido en capital el Electorado de Sajonia, con lo que fue ganando población e importancia y había desplazado por completo a Meißen, que podría haber sido capital de una gran Sajonia. Pero reyertas familiares de la casa de Wettin aparte, en tiempos de Augusto II el Fuerte, la ciudad había crecido considerablemente, y este monarca fue un gran mecenas de las artes que embelleció la ciudad.

La antigua Frauenkirche, que había pasado a la fe protestante, se quedaba pequeña para los vecinos de Dresde, con lo que se pensó en una solución. En 1725 la antigua iglesia románica fue demolida y un año después comenzó el proyecto de la nueva, que terminó en 1743.

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Dresde en 1747 – Bernardo Bellotto.

En ese momento, Augusto II el Fuerte (también promotor del Zwinger y remodelador de Pillnitz) se había convertido a la fe católica, solo así podía acceder al trono polaco (que obtuvo). A pesar de que el elector de Sajonia fuese oficialmente católico, permitió y promovió la construcción de la Frauenkirche como parroquia luterana, y nunca impuso su religión particular sobre el resto de sus súbditos.

Desde entonces la Frauenkirche se convirtió en una de las iglesias más importantes del luteranismo (y probablemente fue la más importante del barroco), y en una parte fundamental del skyline de Dresde junto a la torre del Palacio Real y a la Hofkirche (Iglesia de la Corte), que se construyó poco después. Tanto es así que diferentes pintores, como Bernardo Bellotto, Canaletto o Johan Christian Dahl retrataron esta preciosa y tan característica panorámica.

Y una tragedia con final feliz

El avance de la ciudad, su enriquecimiento y cuidada belleza quedaron en suspenso, y casi borrados del mapa, en el siglo XX. El 13 de febrero de 1945, las fuerzas aéreas de Gran Bretaña y Estados Unidos comenzaron el bombardeo de Dresde. Durante dos días y dos noches los Aliados lanzaron unas 650.000 bombas incendiarias, lo que acabó por desatar una tormenta ígnea que convirtió la ciudad en un tétrico cementerio de esqueletos de hormigón.

Se estima que la Frauenkirche alcanzó una temperatura de 1.000º durante esos días. Había resistido alrededor de 100 cañonazos de los prusianos durante la Guerra de los Siete Años en 1760, aunque se pensaba que era una estructura frágil. Finalmente, el 15 de febrero de 1945, la Frauenkirche se vino abajo casi al completo. La humanidad había perdido un joya de la arquitectura y Dresde su cúpula más querida.

Poco después de su destrucción, junto con buena parte de Dresde, ya se comenzó a hablar de reconstruir la Frauenkirche, pero la ciudad entró en la Alemania del este y no llegó a haber un proyecto sólido durante décadas. De hecho, los pocos muros que quedaron en pie, completamente ennegrecidos, se convirtieron en un monumento para recordar el sinsentido de la guerra. Además, en 1982, también sirvió como un lugar de concentración para protestar por el régimen comunista impuesto en la República Democrática Alemana.

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La Frauenkirche en ruinas Foto.

En 1985, los líderes de la ciudad decidieron reconstruir la Frauenkirche, pero el camino iba a ser largo y tortuoso. No fue hasta la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania que se formó un proyecto serio para la reconstrucción de la iglesia. Un grupo de 14 entusiastas comenzó un movimiento privado para conseguir los fondos necesarios, que pronto llegó a los 5.000 miembros.

Diferentes instituciones se involucraron en la recaudación de fondos, y es que la idea de reconstruir la Frauenkirche motivó a personas de todo el mundo a aportar en la medida de sus posibilidades. Günter Blobel había escapado con su familia cuando era niño días antes del bombardeo. Había visto la iglesia antes de ser destruida y, en 1994, con su vida reconstruida en Estados Unidos, fundó la asociación «Amigos de Dresde» para ayudar a recuperar el patrimonio perdido. Además donó un millón de dólares, que había recibido tras ganar el Nobel de Medicina.

La nueva cruz de oro que coronaría la cúpula de la Frauenkirche fue donada por «el pueblo británico y la casa de Windsor». El proyecto para la fundición de esta cruz estuvo dirigido por Alan Smith, cuyo padre había participado como piloto de bombardero en aquellos aciagos días de febrero de 1945. Después de todo, la reconstrucción de la Frauenkirche fue una historia de reconciliación en la que, de manera emotiva, se cerraron círculos y heridas.

De todos modos, el proceso no estuvo exento de críticas. Algunos se opusieron a la reconstrucción: los restos de la Frauenkirche eran un monumento en sí mismo al sinsentido de la guerra, una connotación que podría perder al ser reconstruida. Los materiales, el emplazamiento de los mismos o las técnicas usadas para el proyecto también fueron, para algunos, motivo de crítica a pesar del detenido y amplio estudio que se hizo con cientos de investigadores. De hecho, muchas piedras de la iglesia original se volvieron a usar, lo que diferencia con claridad qué es nuevo y qué no.

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En la fachada se aprecia con claridad qué bloques de piedra son nuevos y cuáles no Foto.

No corresponde a nosotros decir si alguno de los críticos tenía razón o si la reconstrucción fue perfecta, pero sí al viajero tener su propia sensación al contemplarla. Ahora que sabes su historia, visitarla será, seguramente, una experiencia muy especial.

Por qué la Frauenkirche de Dresde es un hito de la arquitectura

La Frauenkirche es una iglesia especial tanto por su historia como por el edificio en sí mismo. Más de la mitad de la iglesia es su cúpula (con linterna), al menos si nos fijamos en la altura, y es la parte más característica de la construcción.

Cuando la antigua iglesia románica se quedó pequeña para Dresde, fue George Bähr el encargado de proyectar un nuevo edificio. Fue su mayor obra y en su trabajo ya había mostrado interés por los edificios de planta centralizada con diferentes formas. El centro de la Frauenkirche es un círculo rodeado de líneas rectas que sería un octógono perfecto si no fuera por el coro, que rompe el conjunto con forma semicircular.

Si quieres conocer la Frauenkirche y otros monumentos destacados de Dresde pero no tienes mucho tiempo, esta visita guiada de Civitatis es una buena opción para ver lo indispensable.
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Conforme más nos alejamos, más fácil se ve la forma de campana.

Bähr no pudo ver su obra terminada, pues murió cinco años antes de que acabaran las obras y, de hecho, no fue terminada como tenía pensado. El arquitecto quería que, coronando la linterna, se instalara un obelisco piramidal. Finalmente, lo que remató el precioso edificio es una cruz dorada, al igual que en la actual reconstrucción.

Esta cúpula, sutil y delicada como aparenta, pesa más 12.000 toneladas, y es que está hecha, al completo, de piedra arenisca de Sajonia. De hecho se dice que es la cúpula de piedra más grande al norte de los Alpes. Pero lo más interesante de la cúpula de la Frauenkirche es su forma: es una gran campana de piedra.

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Interior de la cúpula Foto.

La forma de la cúpula es única en el mundo, e hizo que el edificio se conociera como «la campana de piedra», aunque hoy es comúnmente conocida como Frauenkirche. Es difícil apreciar esa forma desde el suelo, pero conforme nos alejamos del edificio, la campana se ve con claridad. Es una excusa perfecta para subir a la torre del Palacio Real y para cruzar al otro lado del río Elba, y así podrás contemplar la panorámica que cautivó a tantos pintores.

Este hito de la arquitectura se visita de manera gratuita ya que, como dice la web oficial, es una casa abierta que da la bienvenida a todos. Hay guías voluntarios que responden preguntas, tours guiados y audioguías, estos últimos sí cuestan dinero. También se puede visitar la iglesia baja, una planta baja que no está siempre abierta, pero que tiene una exposición sobre la destrucción y reconstrucción de la Frauenkirche.

La Frauenkirche se ve, y se escucha

Pero la Frauenkirche no sólo fue diseñada para ser contemplada, también lo fue para ser escuchada o, más bien, para hacer de caja de resonancia. Su acústica se aproxima a la perfección y, en ello, la cúpula juega un papel fundamental.

El coro, que rompe el edificio tanto por fuera como por dentro, está coronado por un precioso órgano (casi idéntico al original pero preparado para tocar composiciones del XIX y del XX) y es uno de los ejes en torno a los que gira la Frauenkirche. La música y el órgano se pueden escuchar en los oficios religiosos que hay durante la semana, y además la iglesia ofrece un programa musical que se extiende durante todo el año. Tres agrupaciones musicales así como música religiosa (fuera de los servicios) llenan el interesante calendario de la iglesia, en el que música y Frauenkirche son una unidad.

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El interior de la Frauenkirche Foto.

Johann Sebastian Bach, que vivía en la cercana Leipzig, dio un recital en el antiguo órgano el 1 de diciembre de 1736, con la Frauenkirche todavía sin terminar. En 2011, «Jauchzet, frohlocket», de Bach, sonó en la nueva Frauenkirche. El resultado fue maravilloso, y animará a cualquiera a preparar una visita a Dresde para poder escuchar el sonido incomparable de este lugar.

Las mejores vistas de Dresde

Con la visita a la Frauenkirche tenemos la mejor, o una de las mejores, vistas de Dresde. Ya la tenemos desde fuera, en el Neumarkt (mercado nuevo) o cualquier punto de Dresde desde donde se vea esa campana de piedra, la tenemos dentro de la iglesia y tenemos una espectacular, que corta la respiración, desde las terrazas de la cúpula.

Desde la puerta ‘G’ se accede a las escaleras que suben a la cúpula, desde donde tenemos una vista 360º de Dresde, un lugar privilegiado que compite con la torre del Palacio Real, con la Terraza de Brühl y con el paseo del Elba en la otra orilla del río, una postal habitual de Dresde.

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Vistas desde la cúpula Foto.

Lo mejor de este acceso a la terraza desde fuera de la Frauenkirche es que podemos subir a cualquier hora, de este modo se puede hacer la visita aunque haya un servicio religioso dentro de la iglesia. Al contrario que la entrada al edificio, que es gratuita (a no ser que haya algún evento o concierto), hay que pagar 8€ por subir o 20€ por familia. Puede resultar caro, pero no todos los días se tiene la oportunidad de contemplar semejantes vistas.

Horarios de la Frauenkirche

Si visitas Dresde vas a tener opciones de sobra para entrar en la Frauenkirche ya que los horarios son amplios. Te los resumimos abajo, aunque siempre te recomendamos visitar la web oficial, ya que pueden variar.

Entre semana: de 10 de la mañana a 12 del mediodía y de 13 a 18 de la tarde.

En los fines de semana varía dependiendo del calendario, que puedes consultar aquí.

Tanto si vas a Dresde para ver específicamente la Frauenkirche como si quieres conocer la ciudad de cabo a rabo (como os recomendamos en nuestra guía), quizás quieras tener la campana de piedra siempre a mano mientras te alojas en la ciudad. Este hotel tiene una terraza casi debajo de la cúpula, con lo que es una opción más que recomendable para alojarte en Dresde.

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