Los pueblos de Málaga están bendecidos por un relieve espectacular y unos paisajes de ensueño. Málaga, a su conocido y visitado litoral, suma un interior casi completamente montañoso, adornado por sierras y serranías y surcado por abruptas formaciones geológicas. Desde la cueva del Hundidero en Benaoján al Desfiladero de los Gaitanes, donde se encuentra el recién abierto Caminito del Rey, entre Álora y Ardales. Desde los grandes tajos que surcan la serranía de Ronda al fabuloso Torcal de Antequera.
Pueblos blancos que se asoman al mar desde privilegiados miradores, como Nerja o Mijas; comarcas llenas de sabor y ricas en folklore, como la Axarquía; ciudades que conservan el copioso patrimonio de las muchas culturas que han poblado la zona, como Ronda, Antequera o Velez-Málaga; pueblos con encanto que miran al futuro de la mano de la cultura y el arte, como Casabermeja, Genalguacil o Frigiliana. Los pueblos de Málaga lo tienen todo y elegir diez de ellos no ha sido tarea fácil.
Casabermeja y su Cementerio de San Sebastián
Casabermeja, no muy lejos de la capital, en la zona de los Montes de Málaga, es un encantador pueblo cuyo nacimiento se remonta a la época de la dominación musulmana. Está construido sobre la ladera de una montaña. Tiene calles blancas de pronunciadas pendientes, bonitos paisajes y un atractivo tremendamente original, el Cementerio de San Sebastián, declarado Monumento Histórico-Artístico.
Planificado como si fuera un pueblo independiente, el cementerio tiene sus propias calles y plazas, y nichos que semejan casas con puertas y ventanas.
Nerja… y Frigiliana
Nerja se encuentra en el extremo oriental de la provincia, lindando con Granada, en la falda de la Reserva Natural de la Sierra de la Almijara y Sierra Tejeda. Es un destino tradicionalmente ligado al “sol y playa”, que presume de trescientos días de sol al año y temperaturas subtropicales, con un caserío blanco y vistas privilegiadas del Mediterráneo. Su paseo marítimo fue bautizado por Alfonso XII como el “Balcón de Europa”.
En las cercanías hay mucho que ver y hacer: la fabulosa Cueva de Nerja, las imponentes arcadas del Acueducto del Águila o el precioso pueblo de Frigiliana, con su arquitectura mudéjar, que en el mes de agosto celebra un multitudinario festival dedicado a las Tres Culturas.
Antequera y el Torcal
Antequera, que más que pueblo es ciudad, se encuentra en el centro geográfico de Andalucía, entre Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada. Es un lugar histórico para el nacionalismo andaluz (albergó la firma de la Constitución Federal de Antequera en 1883 y del Pacto Autonómico de 1978) y tiene un patrimonio histórico verdaderamente excelso.
Lo más destacable: la Real Colegiata de Santa María la Mayor y la Real Colegiata de San Sebastián (entre ambas recogen los estilos mudéjar, gótico, plateresco, renacentista, barroco y neoclásico), el Convento de Madre de Dios de Monteagudo, la Alcazaba y el Museo Municipal (donde se puede admirar el Efebo de Antequera, una de las joyas del arte hispano-romano). En las cercanías, la guinda del pastel: el irreal y sorprendente paisaje kárstico del Torcal de Antequera.
Casarabonela y la Sierra de las Nieves
La Sierra de las Nieves es una de las joyas del interior malagueño. Ocupa un amplio terreno entre Ronda y Mijas y tiene un relieve accidentado y atravesado de profundos barrancos y tajos, de estimulante riqueza geológica tanto en la superficie como en sus abundantes cavidades subterráneas formadas por la erosión y precipitación de las calizas. Destaca la variedad de su flora, con esos bosques de pinsapos que son una auténtica reliquia botánica, sus encinas y alcornoques, y de su fauna, con la cabra montesa como atractivo principal. La UNESCO la designó Reserva de la Biosfera y entre sus rincones destacan varios pueblos blancos, auténticos y preciosos como Ojén, Istán, Monda, Yunquera o Casarabonela.
Casarabonela tiene poco más de 2500 habitantes y está rodeado de montañas cuyas cumbres se tiñen de blanco en invierno. Es un lugar perfecto para disfrutar del aire puro y de las espectaculares vistas y paseos que ofrece la Sierra, paraíso para espeleólogos, ciclistas, senderistas y amantes de la naturaleza.
Benaoján
Benaoján está en el extremo occidental de la provincia, junto a Ronda y en plena Sierra de Grazalema. Es un pueblo blanco al abrigo de varios cerros y en medio de un relieve accidentado y espectacular.
En sus alrededores se encuentran un par de atractivos que no conviene dejar pasar: la célebre Cueva de la Pileta, que conserva pinturas rupestres del Paleolítico superior, y la sobrecogedora Cueva del Hundidero, con más de 50 metros de altura, paraíso de espeleólogos y amantes de la naturaleza.
Mijas
Es uno de los grandes destinos de la Costa del Sol y una de las estampas más bellas del litoral malagueño. Con su fisonomía urbana típicamente árabe, con su caserío blanco extendido a lo largo de una ladera que va a caer directamente al mar, es un balcón privilegiado para disfrutar del Mediterráneo.
En su interior, además de los célebres burro-taxis y las pintorescas calles, destacan la Ermita de la Virgen de la Peña, la Iglesia de la Concepción y las cuatro torres vigía. La cercanía de las playas y de la Sierra de las Nieves convierten a Mijas en uno de los destino más completos de la Costa del Sol.
Álora y el Caminito del Rey
En el Norte de la provincia, no muy lejos de Antequera, se encuentra Álora, un pueblo encantador con un excelente patrimonio artístico: a poco más de un kilómetro tiene el yacimiento prehistórico de Hoyo del Conde; su bien conservado Castillo, de fábrica árabe, fue antes fortaleza de fenicios y romanos
En las cercanías, entre los términos municipales de Álora y Ardales, está el Desfiladero de los Gaitanes, que alberga el recién abierto Caminito del Rey. Así llamado porque lo inauguró Alfonso XIII, es un paseo espectacular, que es objeto de deseo de medio mundo y que ahora por fin puede hacerse con las debidas medidas de seguridad.
Es muy recomendable, dada la exigencia del propio recorrido, contratar una visita guiada como esta. Que, además, servirá para aprender las complejidades geológicas de la zona.
De vuelta en Álora, verás que varias iglesias y conventos adornan calles sinuosas, y que desde el bonito mirador de Ali Ben Falcum “al Baezi”, adornado con el Romance de Álora, la Bien Cercada, se puedne disfrutar unas vistas excelentes del entorno.
Genalguacil, pueblo-museo
En pleno Valle del Genal se encuentra Genalguacil, un bonito pueblo con un bonito nombre que proviene del árabe Genna-Alwacir y quiere decir Jardines del Visir. En otros tiempos albergó a pobladores fenicios y griegos y tuvo valiosas minas de oro y plata. Hoy sus riquezas son otras: el paisaje y el arte.
Cada dos años, Genalguacil se llena de artistas venidos de todas partes del mundo y durante una semana se convierte en un inmenso taller. Las mejores obras se quedan expuestas en las propias calles de lo que es ya un auténtico pueblo-museo. Pinturas en las paredes, esculturas integradas en las calles, números de casas, bancos, chimeneas, nombres de las calles, todo tiene un toque creativo y un sabor especial.
Velez-Málaga y la Axarquía
Es la capital de la Axarquía y tiene uno de los conjuntos patrimoniales más notables de la provincia. Palacios, iglesias y conventos, sobre todo de estilo mudéjar y barroco, se suceden por sus calles blancas.
Lo más destacable: la Iglesia de Santa María la Mayor, el Convento de las Claras, el Convento de las Carmelitas, las ermitas de San Cristóbal y de los Remedios y el Palacio de Beniel, que hoy alberga la Fundación María Zambrano y la Universidad Internacional de la Axarquía.
Además, desde Vélez-Málaga pueden hacerse numerosas excursiones a todos los rincones de esta bellísima comarca. A Salares, joya de la ruta del mudéjar, a El Borge, a Comares, a Nerja y Frigliana…
Ronda
Ronda, “encaramada del modo más fantástico y grandioso a una montaña y reunida sobre dos enormes verticales moles de roca que corta el angosto y profundo tajo…”, impresionó a Rainer Maria Rilke como impresiona a todos los que se acercan a visitarla. La imagen espectacular de la cornisa del Tajo está en todas las guías de viaje de Andalucía. La cercanía de la Costa del Sol y de la ruta de los pueblos blancos posibilita todo tipo de itinerarios.
Pero Ronda es mucho más que esa vista magnífica. Tiene un rico y extenso patrimonio cultural entre el que destaca la Iglesia Mayor y la del Espíritu Santo, el Ayuntamiento, el Palacio de Mondragón y el de Salvatierra, la Casa del Rey Moro (por donde se puede bajar al Tajo), la Casa del Gigante, la coqueta Plaza de Toros, los pequeños pero interesantísimos museos (el de Lara, el de Rilke, el de Joaquín Peinado, el del Vino, el muy castizo Museo del Bandolero), o los Baños Árabes de Ronda, los mejor conservados de España. Su tradición artesana y su famosa gastronomía ponen la guinda y hacen de Ronda uno de los destinos más atractivos de Andalucía.