La historia de España se puede contar de muchas maneras. Un acercamiento a la misma puede ser a través de las novelas históricas, de las que hay algunos ejemplos en esta lista, a través de los legajos que nuestros archiveros (descubre el Archivo de Indias) cuidan y clasifican, con las obras de arte que muestran instantáneas, también hay jardines y fuentes que tienen mucho que contar y, por supuesto, el patrimonio material que aún pervive (como estas maravillas del gótico español). Hay lugares con tanta historia que es imposible abarcarlos al completo y otros que pasan más desapercibidos pero su singularidad los convierte en esenciales. Recorremos la historia de España en diez lugares.
El Dolmen de Menga
De norte a sur de la Península Ibérica, los que una vez poblaron estas tierras ya dejaron tras de sí un legado del que tiempo después, y todavía en nuestros días, nos asombramos. Con técnicas y herramientas rudimentarias, lograron levantar estructuras megalíticas que siguen en pie. Del 4.700 a.C. se estima que es el Dolmen de Menga, que pertenece al complejo arqueológico de los Dólmenes de Anteguera, en Málaga.
Recientemente ha sido reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Un título que merece porque, más que un legado de nuestro propio pasado, es uno de los mejores ejemplos de las primeras grandes construcciones de la humanidad. Una de las grandes estructuras de la Hisoria, y que tenemos la suerte de tener en nuestro país.
Se puede visitar y se encuentra junto a los dólmenes de Viera y el Romeral, que completan el conjunto arqueológico.
El Puente de Alcántara, un testigo de la historia de España que nació en la Hispania romana
Al norte de Extremadura, en la provincia de Cáceres, los romanos construyeron uno de los puentes de mejor factura en Hispania. Levantado entre el 104 y el 106 a.C., lo corona un arco honorífico al emperador Trajano justo en el centro del puente.
Cruza el río Tajo en el municipio de Alcántara con una imponente presa de fondo y el convento de las Comendadoras, que es de obligada visita, domina un montículo que resguarda la localidad.
El puente, además, tiene una larga vida repleta de demoliciones parciales por haber estado siempre en un paso estratégico en diferentes contiendas. Aunque, por suerte, siempre ha sido reconstruido, tan sólido e imponente como en época romana.
La Mezquita-Catedral de Córdoba, auténtico hito de la historia de España, un palimpsesto cultural espejo de civilizaciones
La Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los edificios más importantes de España, no sólo por el palmeral interior de arcos de herradura con dovelas de dos colores, o las cúpulas musulmanas y cristianas. Se trata de un lugar por el que han pasado, y todavía comparten espacio, varias de las culturas y religiones que han habitado España.
Desde un templo visigodo sobre el que se comenzó a edificar la Mezquita en el año 785, hasta una conversión a catedral cuando Fernando III de Castilla reconquistó Córdoba. El edificio ha sufrido diversas modificaciones y ampliaciones, y podemos apreciar diferentes estilos artísticos musulmanes y cristianos, e incluso materiales de acarreo romanos y del templo visigodo.
Santa María del Naranco
Sobre el monte Naranco se alza esta peculiar iglesia que no fue construida para serlo. Ramiro I, el octavo rey asturiano, mandó edificar un conjunto palaciego en esta elevación a 4 kilómetros de Oviedo.
Hoy nos queda una parte del palacio, destinada para ser aula regia del mismo, y que siglos después fue convertida en iglesia. Fue la primera construcción de estilo ramirense, y está a sólo 100 metros de San Miguel de Lillo, otra de las grandes joyas de este prerrománico asturiano.
El Real Alcázar de Sevilla, un extraordinario relato de la historia de España
Este conjunto palaciego podría servir para recorrer casi toda la historia de España, de ahí su representatividad. Levantado por los musulmanes sobre un anterior asentamiento romano y visigodo, sirvió de residencia de los dirigentes árabes desde el año 720.
Tras la reconquista de Sevilla en 1248 por Fernando III, su hijo Alfonso X ya mandó construir estancias góticas. 100 años después, Pedro I levantó el palacio mudéjar, que reúne lo musulmán y lo cristiano como uno de los mejores exponentes de este estilo arquitectónico.
Siglos después continuó siendo un elemento esencial para la Monarquía Hispánica, y en sus estancias se han tomado decisiones de estado que marcaron el rumbo de la historia. Epicentro del descubrimiento y colonización del Nuevo Mundo, y vivienda de Fernando VII cuando los Cien Mil Hijos de San Luis cruzaron los Pirineos.
La Alhambra de Granada, la bellísima fortaleza roja que guarda momentos esenciales de la historia de España
La fortaleza roja es el último vestigio del dominio musulmán en la Península Ibérica. Se conocen referencias de asentamientos fortificados en la zona desde el 899, pero no fue hasta la desmembración del Califato de Córdoba desde el 1009, cuando la Taifa de Granada comenzó a desarrollar con empeño su ciudad palatina.
En el 1238 pasó a ser residencia real para el primer monarca del Reino Nazarí de Granada, el último bastión musulmán de España, hasta que capituló con Boabdil en 1492.
Atesora algunas de las mayores obras andalusíes existentes, y un sistema de abastecimiento de agua casi inigualable para la época. El Palacio de Carlos V, símbolo de la victoria cristiana fue, además, la vanguardia artística del momento con un manierismo temprano.
El Monasterio de Yuste, refugio final de Carlos I de España
En Cuacos de Yuste se encuentra el Monasterio de Yuste, lugar donde Carlos V decidió retirarse tras sus abdicaciones como monarca y emperador. Al norte de Cáceres, la Sierra de Gredos guarda este monasterio ampliado como casa-palacio cuando Carlos V se trasladó a pasar sus últimos días.
Entre Cuacos y el monasterio, encontramos un cementerio de soldados alemanes que fallecieron en las dos guerras mundiales, cuyos cuerpos llegaron a nuestras costas. La estampa es insólita y sobrecogedora.
A unos pocos kilómetros, por las serpenteantes carretas de la sierra, está el valle del Jerte. Esta maravilla natural, que nace en Tornavacas y desemboca en Plasencia, redondea una escapada perfecta que mezcla historia y naturaleza.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, simbólico edificio de la historia de España
En la pequeña localidad de San Lorenzo de El Escorial, se encuentra una imponente edificación que contiene un palacio real, basílica, panteón real, biblioteca y monasterio. Fue construido entre 1563 y 1584 como el mayor encargo de Felipe II.
El complejo era una muestra de poder político y monetario del monarca. El absolutismo hecho edificio, un lugar desde donde Felipe II controlaba todos los resortes del Estado.
Al igual que Felipe II, el Escorial es de un renacimiento sobrio, sin ornamentos, discreto pero majestuoso. En su interior contiene algunos de las muestras más importantes del arte español.
La Plaza de la Constitución de México DF
En el casco histórico de la ciudad de México D.F. se encuentra la Plaza de la Constitución, conocida informalmente como “el Zócalo”. Es la representación perfecta de la expansión española por el Nuevo Mundo.
Está rodeada por algunos de los edificios más importantes de la México D.F. actual, erigidos en época de Hernán Cortés. Presidiendo el Zócalo está la Catedral Metropolitana, que tiene en su fachada este el museo del Templo Mayor, con los restos de los templos más importantes de los aztecas.
Pero en todos los lados de la plaza hay historia de la colonización. Están el Palacio Nacional, hoy sede del Poder Ejecutivo Federal de México, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y el Portal de Mercaderes. Todo forma una visión de 360 grados como pocas en el mundo.
La Ciudadela de Jaca
A los pies de los Pirineos se encuentra esta pequeña y apacible localidad en la que se respira montaña. Allí, muy cerca de la frontera con Francia, se mantiene cada piedra de la Ciudadela de Jaca, uno de los fuertes o castillos modernos que mejor se conservan del mundo.
Construido según la traza italiana, con muros bajos y gruesos, pensados para contrarrestar la potente artillería francesa, la Ciudadela comenzó su construcción en 1592 para defender la frontera con Francia.
Sin embargo, esta estrella de cinco puntas fortificada apenas ha tomado partido en conflictos armados, salvo durante la Guerra de Independencia, precisamente contra los franceses.